En 2025, el deporte femenino pisa fuerte, gana terreno y se posiciona como un fenómeno global con impacto real en la economía, la cultura y la sociedad. Según Deloitte, los ingresos del deporte femenino de élite alcanzarán este año los 2.350 millones de dólares, lo que supone un salto del 25 % respecto al año anterior.
Los cambios que están transformando el sector
Durante años, el deporte femenino tuvo que batallar con la indiferencia mediática y el escepticismo publicitario. Pero hoy, esos viejos prejuicios están cayendo uno a uno. Las gradas se llenan, las audiencias rompen récords y las marcas descubren el valor real de asociarse con referentes femeninas. Ahora exige —y obtiene— su lugar en la conversación global. Y lo mejor: esto recién empieza. Este crecimiento también va de la mano con el entorno digital, donde nuevas plataformas y medios sociales se consolidan como espacios en los que el deporte, en todas sus formas, gana visibilidad.
¿Dónde se gana dinero con el deporte femenino?
El crecimiento de los ingresos no se limita a la publicidad y las retransmisiones. Se trata de un ecosistema complejo y multifacético que se forma en la intersección de la tecnología, los contenidos y las audiencias.
Principales vías de monetización:
- Transmisiones digitales. La venta de derechos de streaming está creciendo más rápido que en las ligas masculinas, gracias al consumo móvil.
- Marketing de influencia. Las deportistas están desarrollando activamente sus marcas personales, estableciendo asociaciones con empresas globales y locales.
- Los deportes electrónicos y la gamificación. Crece el interés por las simulaciones digitales y los formatos virtuales con elementos de deportes femeninos.
- La analítica y el big data. La demanda de plataformas analíticas que trabajan con datos de competiciones femeninas abre un nuevo mercado para los desarrolladores.
- Contenido y plataformas para fans. YouTube, TikTok y Twitch han convertido el deporte femenino en un nicho para los creadores de contenido con audiencias monetizadas.
Todos estos modelos no solo generan ingresos, sino que también están dando forma a un nuevo estilo de consumo deportivo: dinámico, interactivo y social. Como explica MasFinanzas, el fútbol sigue siendo el deporte más seguido en Perú, aunque disciplinas como el voleibol y el atletismo han ganado terreno en los últimos años.
Una audiencia que crece junto con el contenido
El principal recurso del deporte femenino no son los presupuestos ni las retransmisiones. Es la audiencia. El espectador actual no es un mero observador pasivo. Es un participante en el proceso que interactúa con el contenido, crea comunidades de fans e influye en las tendencias. Y es precisamente el deporte femenino el que hoy en día ofrece a esta audiencia un nuevo punto de identificación. En ese mismo contexto de participación activa, los eventos en directo y la interacción en plataformas digitales ofrecen una forma adicional de conexión en tiempo real con lo que ocurre en la cancha.
Está aumentando la proporción de espectadores de entre 18 y 34 años que buscan una alternativa a los formatos tradicionales. Les atrae la honestidad, la sinceridad y el espíritu competitivo sin excesiva comercialización. Además, los equipos femeninos suelen estar más abiertos a la integración con el público a través de blogs, vlogs, transmisiones privadas y la comunicación en directo en las redes sociales.
Inversión en el futuro: marcas, plataformas, programas educativos
Las grandes empresas ya no ignoran el deporte femenino. Al contrario, las marcas más progresistas lanzan aquí campañas orientadas a un impacto a largo plazo. La razón es simple: se trata de un mercado en crecimiento, con un bajo nivel de saturación y un alto potencial emocional. Según Gestión, el auge del fútbol femenino en Perú representa una ventana estratégica para las marcas que buscan conectar con nuevas audiencias apasionadas por el deporte.
Ya se está observando un auge:
- inversiones en academias juveniles;
- lanzamiento de agencias de marketing especializadas;
- aparición de aceleradoras y startups en el ámbito de la tecnología deportiva femenina;
- desarrollo de cursos y formaciones sobre el trabajo digital con marcas deportivas;
- apoyo a iniciativas relacionadas con el liderazgo social a través del deporte.
En otras palabras, el deporte femenino no es solo un campo de juego, es una plataforma para la transformación social y económica.
2350 millones de dólares no es el límite. Es una señal. Una señal de que el mundo está listo no solo para mirar, sino también para invertir, desarrollar e interactuar. El deporte femenino en 2025 es más que un partido. Es historia, industria, oportunidad y una nueva forma de comunicarse con el público. Y quienes lo entiendan hoy, marcarán el ritmo de todo el juego mañana.


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