Un hombre de 63 años de edad y trabajador de Metro de Madrid ha muerto esta madrugada de viernes, 23 de junio, tras ser embestido su coche por otro robado que huía a gran velocidad, perseguido por la Policía Nacional en el distrito madrileño de Villaverde.
Los hechos han ocurrido a las 05:48 horas de la madrugada a la altura del número 46 la calle Valle de Tobalina, en el polígono industrial de Marconi. El conductor de un turismo robado en la discoteca Mónaco (avenida Real de Pinto), de 24 años y nacionalidad marroquí, con otros dos ocupantes, españoles de 19 y 23 años, que huía de la Policía Nacional ha perdido el control, subiéndose a una isleta e invadiendo el carril contrario, colisionando frontalmente con un vehículo que circulaba correctamente por su carril.
Ambos coches han quedado destrozados, además de varios árboles. El único ocupante del vehículo que ha sido embestido, un trabajador de Metro que iba a su puesto de trabajo, ha entrado en parada cardiorrespiratoria. Los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid han rescatado a la víctima de entre el amasijo de hierros, que ha sido puesta a disposición de los sanitarios del SAMUR-Protección Civil.
Tras 45 minutos de maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) no han podido devolverle el pulso y finalmente ha fallecido a las 06:40 horas. Los tres ocupantes del vehículo que ha provocado el accidente, que han sido detenidos y contaban con numerosos antecedentes, han sufrido heridas leves, siendo trasladado uno de ellos al Hospital 12 de Octubre con un traumatismo facial. Durante su arresto intentaron resistirse, llegando a fracturarle el dedo a un agente nacional.
Los Bomberos han saneado la zona de restos. Por su lado, agentes de la Policía Nacional con la colaboración de la Policía Municipal de Madrid han abierto una investigación para esclarecer las circunstancias del suceso. El hijo del fallecido se ha despedido de su padre en redes sociales: «mi padre, con 63 años, se ha pegado el madrugón como todos los días para currar y sacar su familia adelante. 3 delincuentes lo han matado. Descansa en paz, papá».