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El Colegio de Médicos de Madrid muestra su desacuerdo con el cierre de las urgencias de Atención Primaria

Gacetín Madrid

“La Atención Primaria debe ser el filtro y soporte para los pacientes positivos por SARS-Cov-2 para no sobrecargar a los hospitales”, inciden.

Desde la Mesa de Atención Primaria del Colegio de Médicos de Madrid han mostrado su desacuerdo con la reorganización del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) por la cual se han cerrado las urgencias de Atención Primaria para trasladar a sus sanitarios al hospital de IFEMA y a reforzar la atención a pacientes con coronavirus.

En un comunicado, exponen que «esde el inicio de la crisis sanitaria generada por la infección del coronavirus, los profesionales de Atención Primaria se han caracterizado por su capacidad para adaptarse y anticiparse a las necesidades del sistema sanitario en Madrid. Se han ido reorganizando de forma proactiva en cada uno de los centros de salud las tareas y turnos de los profesionales para dar respuesta a una situación cambiante, y adaptando sus procedimientos clínicos, diferentes de los del hospital, tratando de ajustarse a la evidencia disponible, escasa en este momento».

La Mesa de Atención Primaria del Colegio de Médicos de Madrid ha agradecido a la población «su colaboración en las medidas de aislamiento, y el apoyo y reconocimiento que recibimos a diario (tristemente, en estos días tan duros, el único que realmente percibimos), y exigimos a las autoridades que reorienten la gestión de la crisis para que la Atención Primaria ocupe desde el punto de vista asistencial el lugar que le corresponde. Una medida necesaria para resolver cuanto antes esta crisis sanitaria en las mejores condiciones para los pacientes».

Para ello considera que:

La AP también es el eje del sistema en la gestión de los recursos humanos y económicos de la sanidad madrileña en coordinación con la Atención Hospitalaria. Sin embargo, ahora la AP está bajo las órdenes de los diferentes hospitales, cuando lo ideal sería que la AP sirviera de filtro y soporte para no sobrecargar los hospitales y evitar que los pacientes lleguen a estar en estado de gravedad.

Sólo se está mostrando, la punta del iceberg de la crisis sanitaria: el número de pacientes ingresados en UCI, y no los miles de pacientes atendidos precozmente para evitar que lleguen a estar en estado de gravedad. La AP se ocupa del seguimiento telefónico de más de 20.000 pacientes en sus domicilios para hacer un riguroso control con criterios comunes basados en la evidencia disponible, logrando que sólo los pacientes que lo precisen acudan al hospital. Sin olvidar la atención domiciliaria de los pacientes crónicos que precisan asistencia.

Por otro lado, el SUMMA está atendiendo la urgencia extrahospitalaria y la atención en domicilio fuera del horario de los centros de salud, viendo cómo sus recursos van quedando mermados por los sanitarios afectados, lo que supone una gran sobrecarga en los profesionales.

Seguridad en la atención a los pacientes. Solicitamos equipos de protección individual adecuados a la práctica asistencial, y acceso correcto al historial clínico de los pacientes en todo momento de la asistencia. Desmantelar un sistema que funciona. Tampoco podemos olvidar la atención que se continúa haciendo en los centros: inmunización de niños y embarazadas, seguimiento de pacientes crónicos y atención a procesos agudos no relacionados con la epidemia.

Desorganización. En todo este proceso desde los equipos de Atención Primaria se han demandado a la Gerencia de Atención Primaria y a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid instrucciones claras para organizar la actividad asistencial en función de los diferentes escenarios previsibles de evolución de la epidemia.

Estas solicitudes no han sido atendidas con la celeridad que exige el propio proceso. Asumimos que adoptar medidas organizativas en un escenario epidemiológico cambiante como el que estamos padeciendo, no es fácil. No obstante, es factible diseñar actuaciones en función de los diferentes escenarios previsibles. Creemos que esta planificación se ha producido con retraso o a escasas horas antes de ponerse en marcha. Y por lo tanto, consideramos que en las decisiones organizativas que se tomen debe medirse el impacto sobre la Atención Primaria y sus funciones en la evolución de esta crisis.

Mala gestión de la comunicación. Se está solicitando la participación voluntaria de los profesionales de AP sin tener toda la información de la actividad que estos profesionales van a desarrollar y las condiciones en las que lo van a hacer. Es el caso de los médicos que este fin de semana se han presentado de manera voluntaria en el hospital de IFEMA y luego se les ha obligado a seguir prestando su atención allí, abandonando su centro de salud.

Además entendemos que estas medidas se han comunicado de forma poco clara, ya que los profesionales de la AP han recibido instrucciones en reuniones, correos electrónicos o incluso por WhatsApp. Es imprescindible que las instrucciones sobre la reorganización de los recursos humanos y técnicos sean claras y estén por escrito escritas. Así cada profesional sabrá cuáles van a ser las funciones a cubrir de los centros de salud, SUMMA y la dotación de IFEMA.

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