por Leopoldo Bernabeu.
La desastrosa situación interna de los cuatro partidos políticos a nivel nacional nos obliga a todos a un necesario cambio.
Hablar de política hoy en día en este país se ha puesto muy cuesta arriba. Casi ningún español es capaz de terminar un artículo si a priori percibe que el tema es el susodicho. En cambio, si hablamos de ilusión, la cosa es mucho más sencilla. Y esa es la herramienta que nos hace falta a todos para mantenernos derechos y no perder la esperanza.
Hace pocos años, una brutal crisis asoló este país y nos dejó un solo rayo de luz al final del túnel, la llegada de una nueva clase política que nos prometió otra forma de hacer las cosas, una garantía a la que aferrarse ante tanta desgracia, vendida a golpe de telediario, que acechó la estabilidad de millones de familias, incapaces de entender como aquellos que sembraron el terror, salían indemnes e indemnizados como si nada hubieran hecho. Hoy vemos con ansiedad como aquel rayo no fue más que un espejismo. Más de lo mismo, una nefasta copia de lo que nos llevó al abismo.
Este primer fin de semana del mes de Septiembre ha resumido a la perfección la actual situación política de este país. No es necesario que hagamos un tórrido repaso a lo que todos ya sabemos y sí mucho más conveniente nos centremos en pasar rápido por la parte más negativa y empecemos a conocer más sobre la ilusión de la que hablaba. En sólo un día, 24 horas, hemos visto el horizonte cercano de lo que a todos los españoles nos espera y lo que podemos esperar de aquellos a los que dimos nuestra confianza para que nos facilitaran la vida. También este fin de semana, un grupo de personas han encendido una nueva llama de esperanza y empezado a construir un nuevo camino de confianza en el futuro.
El Partido Popular había decidido reunirse en la Comunidad Valenciana para dar por iniciado su nuevo curso político, o al menos esa era la excusa elegida para reunirse y poder hacer lo que de verdad hicieron, poner de vuelta y medio al adversario socialista y aprovechar, de la manera más vergonzosa que yo conozco, que tiene la llave del gobierno para, en un acto de partido, y anunciar que va a invertir 2.000 millones en la infrafinanciada comunidad valenciana. ¿Es o no es una auténtica sinvergonzonería y una auténtica falta de respeto a todos los valencianos, por parte de unos señores que gobiernan este país y utilizan nuestros recursos de manera partidista y sonrojante?.
Por otro lado el Partido Socialista, que era conocedor de la estrategia de su rival, también convocó su recién elegida ejecutiva en Valencia para todavía no sabemos que, simplemente hacerse una foto, atacar con insultos a algún que otro ministro y poder decir que también pasaban por ahí. Por no acordar, ni las fechas de sus próximos congresos provinciales. ¿Es o no una acción pueril y que demuestra el nivel de quienes gobiernan esta comunidad?.
También hemos visto como, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, los independistas catalanes se han ido hasta Bilbao para reunirse con los independistas vascos y los proetarras de Bildu, para que les hicieran la ola y, junto al gran demócrata Nicolás Maduro, se convirtieran en los únicos políticos que apoyan tamaña barbaridad. Una burrada, esta de la independencia de Cataluña, que ya ha puesto su contrarreloj en marcha y que como contrapunto sólo ha encontrado hasta la fecha el buenismo de un Presidente, Mariano Rajoy, que al parecer le sobra tiempo para echarse flores en determinadas comunidades con el dinero de todos los españoles, en vez de coger el toro por los cuernos antes de que nos dé a todos una cornada sin cura. Es alucinante la parsimonia del Elegido.
Y como guinda del pastel, el diputado Echenique ha dejado de serlo en el Parlamento aragonés para poder irse echando leches hasta Madrid y poner orden en el revuelto corral en que se ha convertido Podemos, esa formación política que nos ilustra en cada tertulia que puede con su letrada formación y su inmaculada hoja de servicios, pero que luego ni siquiera incluye en el papel lo que previamente aprueba en su laureada Asamblea de Vistalegre. Menos mal que estos son los que venían a cambiar las cosas, los imprescindibles y necesarios revolucionarios. No hace ni cuatro años y todavía sin saber cómo, se convirtieron de la noche a la mañana en una fuerza política de primer nivel y hoy, como diría Alfonso Guerra, nos los conoce ni la madre que los parió. Valiente grupeto de listos a los que el poder y el dinero les ha gustado más que a un tonto un lápiz, y su espíritu de cambio social les ha durado lo mismo que un pastel en la puerta de un colegio.
Pues a todo esto, como contrapunto y en cumplimiento de mi previo aviso de la llegada de la tan necesaria y arrinconada ilusión, también les digo que en Benidorm y a pesar de que los grandes medios de comunicación todavía no han decidido informar sobre ello, se han reunido este fin de semana más participantes que en los actos del PP y el PSOE juntos. Es lo que consigue la ilusión, esa ilusión sin cargo público que la sufrague y que no acude a un acto por obligación para seguir manteniendo el cargo. La ilusión que permita a todos los españoles seguir creyendo en la política y todo lo bueno que de ella debería emanar.
Contigo Somos Democracia, una Plataforma Cívica convertida ya en partido político de carácter nacional, ha celebrado su primera Escuela de verano, que también ha servido para presentar el proyecto en sociedad, consiguiendo reunir a casi 200 participantes de toda España en torno a una nueva esperanza, la necesidad de dar un paso definitivo en política nacional y conseguir que en las próximas elecciones de 2019 se dé inicio a una nueva Transición y se empiece a escribir un nuevo y necesario capítulo en la vida política de esta nación.
Con el esfuerzo que supone dejar el trabajo y familia a un lado durante unos días y pagarse los gastos de alojamiento, desplazamiento e inscripción, este pasado fin de semana se ha respirado en Benidorm lo que hace ya tiempo no sucede en ningún partido político a nivel nacional, ilusión. Y hablar de política en España vuelve a ponerse algo más fácil. Ante estas perspectivas, no ha sido tan difícil entender el notable éxito de un proyecto que ya cuenta con más de mil firmantes desde su reciente alumbramiento.
Y saben porque en todo este artículo no he hablado una sola línea de Ciudadanos, porque durante el fin de semana no han programado ningún acto, expectantes todos de cuanto sucedía en Benidorm, en el que se han dado cita varios de sus ya ex diputados, decenas de sus ya ex concejales y hasta su única Eurodiputada, que cerró con su intervención, la última de las ponencias de CONTIGO.
España tiene un nuevo motivo para recobrar la ilusión, los medios de comunicación la responsabilidad de no taponar esa esperanza y el conjunto de personas que forman este proyecto, la obligación de trabajar muy duro para que ese anhelo se refuerce cada día y consigan traspasar su ánimo a esos millones de españoles que confiar en volver a