por YAGO CAMPOS
169 votos frente a 155. Esta vez los números sí salieron y la Presidencia del Congreso de los Diputados será ocupada por segunda vez por una mujer, Ana Pastor (la primera fue Luisa Fernanda Rudi), del círculo de confianza de Rajoy y que hasta el momento llevaba la cartera de Fomento.
Este hecho demuestra hasta qué punto las tornas han cambiado en el panorama político español. Es probable que a veces nos parezca que todo siga igual porque seguimos sin gobierno y no hay día que no estemos jugando con el pactómetro. En definitiva, que continuamos en el debate de la política, pero no de las políticas. Sin embargo, todo cambia poco a poco, aunque cueste apreciarlo. Hace menos de seis meses, las principales fuerzas de la izquierda tenían los números suficientes para investir a un/a candidato/a de consenso. Aún con todo, esto no fue posible y acabó siendo nombrado el socialista Patxi López con el apoyo de su grupo y el de Ciudadanos.
6 meses después y una repetición de elecciones mediante, es a la derecha a la que salían los números para conseguir hacerse con la presidencia del Congreso y no han dejado pasar la oportunidad. Unidos Podemos ha acabado dando su apoyo a la candidatura de Patxi López cuando ya nada o muy poco se podía conseguir. El conjunto de la izquierda mueve ficha tarde y todavía hay quienes se sorprenden de que el PP haya conseguido salir victorioso de nuevo.
Existen voces que siguen creyendo que estamos en el día de la marmota, en honor a la película de Bill Murray, donde el protagonista quedaba atrapado en el tiempo y todos los acontecimientos se repetían sin cesar. No obstante, cada vez estoy más convencido que lo de la marmota se acabó y el resultado de esta segunda vuelta o desempate, como nos lo quisieron vender, se parece más al título de la novela de García Márquez, “Crónica de una muerte anunciada”.