Con el fin de ayudar al consumidor a comparar los precios de productos similares con medidas diferentes, los supermercados están obligados a indicar, junto al precio de venta, el precio equivalente por unidad de medida estándar, habitualmente por kilo o por litro, pero también por metro (film de aluminio), por unidad (papel higiénico), por docena (huevos) o por lavado (detergentes). Sin embargo, en uno de cada cinco casos se observan graves errores, denuncia la Organización de Consumidores (OCU).
El estudio de OCU, que revisa los precios de 10 productos de gran consumo en 28 cadenas de supermercados de implantación nacional y regional, revela todo tipo de fallos. El más habitual, un error de cálculo (como asignar el precio al peso neto en vez de al escurrido), pero también se observan redondeos mal hechos, medidas equivocadas (en huevos, por ejemplo, unas veces se indica precio por unidad y otras por docena en un mismo súper), así como precios poco visibles o sin equivalencia. Fallos que afectaron en mayor medida al gel de ducha, los huevos, el desodorante, al detergente y a las conservas en lata.
Las cadenas físicas que acumulan un mayor número de errores son Hiperdino, Carrefour Market y La Despensa: en estos supermercados el porcentaje de fallos superaba el 30% de los productos seleccionados. Por el contrario, en Eroski, Más, Bon Preu y Eroski Center los errores afectaban a menos de un 10% de esos mismos productos, señala OCU.
Otras cadenas presentan graves fallos en sus tiendas virtuales: en la web de Mercadona no se muestra el precio equivalente en la pantalla de resultados, mientras que en la tienda online de La Despensa no hay espacio previsto para ponerlos. Mientras que en Hiperdino abundan las medidas equivocadas y los fallos de visibilidad. Por el contrario, en Dia, Ahorramás, Eroski y Condis, los fallos afectan a menos del 5% de los alimentos y productos de droguería seleccionados.
OCU considera que los supermercados no prestan la suficiente atención a las indicaciones de precios en los lineales: cuando el cálculo implica algún detalle particular o una mínima complicación, los fallos se disparan. «Una situación difícilmente defendible si tenemos en cuenta que la normativa que regula esta materia está en vigor desde 2002», subrayan. Y que este tipo de errores ya fueron denunciados por la Organización a través de estudios similares realizados en 2011 y 2017.
OCU insta a las autoridades de Consumo competentes a «aumentar el control de precios y sancionar aquellos supermercados donde se observen fallos recurrentes». «Más si cabe ahora, en un contexto de reduflación, donde se reduce la cantidad de producto manteniendo el precio y la apariencia del envase», inciden. De lo contrario se «estará privando a los consumidores de su principal herramienta de comparación de precios, que garantiza una compra libre e informada».