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La historia de Madrid a través de sus teatros

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En Madrid, el teatro no siempre contó el reconocimiento del que disfruta actualmente. Durante la cuarentena, los profesionales del teatro y el mundo de la cultura en general, fueron uno de los sectores más castigados, ya que todo el ocio durante el inicio de la pandemia, en pleno confinamiento pasaba por plataformas de todo tipo y de las recomendadas en bonoscasino.net.

Tras levantarse el confinamiento, tocaba lidiar con las restricciones de aforo y los cierres. Y, aun así, el sector cultural español consiguió resistir para poder volver a abrir las puertas de teatro, salas de fiesta y conciertos de par en par y ofrecer a los madrileños lo que mejor se le da a Madrid, nuestra cultura.

Cabe mencionar, y con tono presumido, que muchos de los mejores teatros del mundo se encuentran en nuestra capital. La mayoría, centenarios, han sobrevivido a reyes, guerras, una dictadura, apoyo nulo de instituciones, y algunos, a dos pandemias. ¿No se merecen que hablemos de ellos y de su historia?

Teatros históricos en Madrid

Madrid lleva ligada al teatro desde el siglo XVI y XVII con los primeros corrales donde disfrutaban de la comedia reyes y plebeyos.

Muchos de los grandes de la literatura y la dramaturgia se formaron y presentaron sus obras como Federico García Lorca, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Pérez Galdós, Jacinto Benavente o Valle-Inclán.

Teatro español

Los inicios de este teatro fueron un corral de comedias en el siglo XVI. Hasta 1849 se le llamaba Teatro del Príncipe, y desde entonces, ha sufrido cientos de reconstrucciones, dos de ellas por incendios sufridos en 1802, cuyas obras de reconstrucción tardaron cinco años, y en 1975, dándose la casualidad que tras ese segundo incendio, también tuvieron que pasar cinco años para volver a abrir sus puertas.

Sobre su escenario se han representado obras de Alberti, Galdós o Lorca entre otros muchos otros. Precisamente, de este último, es la estatua que hay en honor a su memoria, y a solo unos metros de las puertas del teatro.

 Teatro de la Comedia

Alfonso XII inauguró en 1875, la que hoy es sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, desde 1986. En 1912, corrió la misma suerte que el Teatro español y sufrió un incendio que mantuvo sus puertas tres años cerradas.

En 1999, el Ministerio de Cultura se hizo cargo de él, y tras una rehabilitación que duró tres años, se pudo representar la primera obra, El alcalde de Zalamea.

Fue el teatro elegido por personalidades del plantel político español para dar discursos y conferencias como Primo de Rivera, o José Ortega y Gasset que presentó sobre sus tablas, la asociación Liga de educación política.

Teatro Calderón

 En el momento de su inauguración, en 1917 el que hoy es el Teatro Calderón, fue nombrado Teatro Odeón, nombre que apenas duró un año tras el cambio de propietario nombrándolo Teatro del Centro, y volviendo a pasar el mismo proceso en 1927, al adquirirlo el Duque del Infantado quien lo llamó por el nombre como lo conocemos hoy en día.

Durante la II República, se representaban espectáculos de ópera y tras la Guerra Civil, la mayoría de los artistas liricos de zarzuela pasaban por el Calderón a presentar sus espectáculos.

Artistas como Plácido Domingo, Carmen Andrés, Luis Barbero o la Orquesta Sinfónica de Madrid forman ya parte de la historia del Calderón al haber actuado sobre su escenario.

Como dato triste, en 1999 el teatro fue clausurado temporalmente por el desprendimiento de una cornisa que cayó aplastando un coche que pasaba por allí quitando la vida a una joven de 18 años. Por aquel entonces, el empresario José Luis Moreno, ya era el propietario del edificio.

No nos olvidamos del Teatro de La Latina, que fue durante años propiedad de la añorada actriz Lina Morgan, el Teatro Real que celebró en 2018 su cumpleaños 200, el Teatro Lara uno de los teatros que no ha parado su actividad desde que se inaugurara en 1880, o las salas de teatro independiente del céntrico barrio de Lavapiés.

En conclusión, Madrid no solo tiene historia, también mucho teatro.

Si juegas, juega con responsabilidad.

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