«Aunque parezca mentira, la pandemia de la COVID-19 y sus restricciones de movimiento no han servido para mejorar la situación del vecindario en el entorno de la calle Ponzano, en Chamberí», han denunciado. «Más bien todo lo contrario. Los problemas relacionados con el ocio nocturno, que se reproducen cada fin de semana desde hace años, se han agravado ahora por la expansión desorbitada de las terrazas».

Los manifestantes han criticado que en su «empeño en poner en el centro de sus políticas la economía, por encima incluso de la salud de la población, el Ayuntamiento no cesa de facilitar la invasión de los negocios de hostelería en el espacio público, con medidas como la ampliación del número y tamaño de las terrazas existentes, para perjuicio del peatón y de las personas residentes».

«En el mes de septiembre, el Consistorio había dado el visto bueno a la ampliación de más de 2.500 terrazas en la ciudad, un elevado porcentaje en distritos como Centro, Chamberí y Retiro. De esas, 197 se han expandido a partir de la ocupación de plazas de aparcamiento. El resto, robando metros a las aceras», inciden.

Solo en la calle Ponzano se han perdido 92 plazas de aparcamiento para residentes de las 130 existentes, denuncia la Plataforma Vecinos Sin Ruido, un espacio que, con el apoyo de la Asociación Vecinal El Organillo, se ha puesto en marcha «para defender el derecho al descanso y a disfrutar de su propio barrio de la vecindad de esta zona de Chamberí».

“Ya estamos hartos. Por eso hemos salido a la calle contra la imposición de terrazas por parte del Ayuntamiento, la falta de aparcamiento, la falta de seguridad pandémica, las fiestas ilegales, los locales que no cumplen las normas establecidas y las recientes inundaciones provocadas por las plataformas de las terrazas que inundan nuestras aceras. El barrio no es un parque temático para especulaciones hosteleras y borracheras” sostiene la red vecinal.

Al exceso de ruido, la suciedad o los conflictos habituales que provoca el elevado consumo de alcohol, señalan, se ha sumado el temor del vecindario de Ponzano a convertirse en un permanente foco de contagios de la COVID-19. Y es que cada fin de semana, cientos de personas se reúnen en esta zona para divertirse, haciendo caso omiso, muchas veces, a las normas más básicas de protección y distancia física.