El precio medio de alquilar una habitación ha aumentado un 10% en el último año en Madrid, escalando hasta los 550 euros. Así lo reflejan los datos recogidos por la plataforma especializada en el alquiler de habitaciones para estudiantes LIVE4LIFE.
Este incremento supone un nuevo reto para quienes desean independizarse o continuar sus estudios en la capital, donde la presión sobre el mercado inmobiliario no deja de aumentar. Actualmente, la alta demanda de alojamiento, unida a la limitada oferta disponible, ha generado una competencia feroz entre los interesados en conseguir una habitación a precios asequibles.
Según estos mismos datos, el precio de una habitación en Madrid en 2023 era aproximadamente de 500 euros de media. En 2024 se mantuvo estable sin apenas cambios. Y en este 2025 ha recuperado su tendencia al alza, como indicaban todas las previsiones, hasta alcanzar ya los 550 euros de media por habitación, convirtiéndose en la ciudad más cara.
A este escenario hay que sumar el fenómeno del alquiler de corta estancia y la proliferación de pisos turísticos, que han reducido aún más el parque destinado al alquiler tradicional. Esta situación afecta especialmente a jóvenes y estudiantes, que ven cómo las alternativas de alojamiento se encarecen y disminuyen.
“Madrid sigue creciendo pero la oferta de vivienda no lo hace al mismo ritmo. Por una parte están todos los jóvenes estudiantes que vienen de otras regiones de España y que se distribuyen por toda la Comunidad de Madrid. Pero también se están abriendo hueco en el alquiler de habitaciones jóvenes trabajadores”, explica Nacho Sanz, co-CEO de LIVE4LIFE.
La tendencia al alza en los precios no es exclusiva de la capital. Además de estos datos, se desprende que el precio medio de una habitación en Sevilla es de 350 euros (un 6% más), en Valencia es de 400 euros (aumento del 14%), en Granada se queda en 290 con un aumento del 5% y en Alicante también se eleva hasta los 340 euros (un 23%, la que más de las principales ciudades universitarias).
Esta escalada de precios está obligando a muchos jóvenes a replantearse sus opciones, optando por compartir vivienda con más personas o desplazarse a barrios más alejados del centro, con el consiguiente aumento de los tiempos y costes de desplazamiento. Al mismo tiempo, algunos expertos advierten del riesgo de que se agraven los problemas de exclusión residencial si no se adoptan medidas para incrementar la oferta de vivienda asequible.
“Todas las Comunidades Autónomas tienen que replantearse sus planes de vivienda. También Madrid. Falta mucha vivienda, y hay que trasladar a los propietarios que cuentan con la seguridad necesaria para poner en alquiler sus casas”, concluye Sanz.
Ante esta situación, cada vez son más las voces que demandan políticas públicas efectivas para incentivar la construcción de viviendas destinadas al alquiler y reforzar la protección de los inquilinos. Mientras tanto, la incertidumbre en torno al acceso a una vivienda digna sigue siendo una de las principales preocupaciones de la juventud en España, especialmente en las grandes ciudades.