Con motivo de los trabajos de conservación que la Comunidad de Madrid está realizando en el reloj de la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional, las agujas de esta obra maestra del siglo XIX permanecerán paradas desde este mediodía y durante un tiempo estimado de 15 días.
Esta actuación se incluye dentro de las labores periódicas de revisión de los relojeros encargados del mantenimiento de este símbolo de Madrid y España con las campanadas de fin de año . En esta ocasión el trabajo en profundidad es el mayor de los últimos 30 años. Así, ya se han desmontado parte de sus piezas empezando por los engranajes, piñones y ejes de la sonería de las horas, los cuartos, y, hoy, las agujas.
Instalado en 1866
El icónico reloj de la Real Casa de Correos, situado en la Puerta del Sol de Madrid, es uno de los símbolos más reconocibles y queridos de la ciudad. Este reloj, instalado en 1866, ha sido testigo de innumerables acontecimientos históricos y sociales a lo largo de los años. Su mecanismo, diseñado por el relojero José Rodríguez Losada, ha funcionado con precisión durante más de un siglo y medio, marcando el ritmo de la vida en la capital española.
Cada 31 de diciembre, el reloj de la Real Casa de Correos cobra un protagonismo especial al marcar las doce campanadas que dan inicio al nuevo año. Esta tradición, conocida como «las campanadas», congrega a miles de personas en la Puerta del Sol y es seguida por millones de espectadores a través de la televisión. Las doce uvas que se comen al compás de cada campanada simbolizan la buena suerte para los doce meses del año que comienza, convirtiéndose en una celebración emblemática no solo en Madrid, sino en toda España.
Además de su importancia en las festividades de Año Nuevo, el reloj de la Real Casa de Correos es un punto de referencia y encuentro para los madrileños y visitantes. Su elegante fachada neoclásica y su ubicación en el corazón de la ciudad hacen de este edificio un lugar de interés turístico. El reloj no solo representa la puntualidad y la precisión, sino también el espíritu de la ciudad de Madrid, que combina historia, tradición y modernidad en un solo lugar.