Detectar fugas de agua en casa es muy importante para evitar daños en la estructura de nuestra vivienda o edificio y altos costes en la factura. Además, detectar y reparar las fugas de agua a tiempo no solo protege nuestro hogar, nos evita problemas con los vecinos y ahorra dinero, sino que también contribuye al uso responsable y la conservación de este recurso natural tan valioso.
Para poder acometer la detección de fugas de agua en casa es fundamental verificar el medidor de agua: cierra todas las llaves de agua en casa y asegúrate de que no haya ningún electrodoméstico que utilice agua (como lavadoras o lavavajillas) en funcionamiento. Luego, observa el medidor. Si sigue girando o registrando un flujo de agua, es probable que haya una fuga.
Si lo hace, ya sabemos que hay pérdidas, por lo que debemos descartar. Primero asegúrate de que no haya goteras en grifos, duchas, cabezales de rociadores, asientos de inodoros y otros accesorios de agua. A menudo, una gota por segundo puede resultar en grandes cantidades desperdiciadas con el tiempo.
También revisa el inodoro colocando unas gotas de colorante alimentario en el tanque del inodoro y espera unos 15-20 minutos sin utilizarlo. Si el agua del tazón cambia de color, hay una fuga en la válvula de descarga. Comprueba conexiones y tuberías: inspecciona debajo de fregaderos, lavadoras y lavavajillas en busca de signos de humedad, manchas o moho. Estos pueden indicar fugas en las tuberías o conexiones.
Y verifica el calentador de agua: observa si hay fugas alrededor del calentador de agua y en sus conexiones. No debemos olvidar revisar la línea de suministro de agua que va desde la calle hasta tu casa. Si ves charcos, manchas húmedas o áreas con exceso de vegetación, podría indicar una fuga en la línea de agua subterránea.
Consulta a un profesional
Si sospechas de una fuga pero no puedes localizarla, es recomendable llamar a una empresa certificada para que realice una inspección más detallada. Su experiencia les permite trabajar con diferentes sistemas de tuberías y detectar y reparar incluso las fugas más difíciles. Los técnicos expertos en la materia son entrenados para asegurar que una reparación sea completa y segura.
Los expertos emplean diferentes métodos avanzados como el uso de detectores de fugas electrónicos, sensibles a los sonidos y vibraciones que produce una fuga de agua. También la termografía infrarroja, que permite identificar cambios en la temperatura de las superficies. Una fuga de agua puede alterar la temperatura en ciertas áreas de las paredes o pisos, y la termografía infrarroja puede ayudar a detectar estas anomalías.
Las pruebas de presión son una manera de evaluar si hay una caída inusual de presión, lo que puede ser un indicio de una fuga. Además los expertos pueden disponer de geófonos para detectar fugas en tuberías subterráneas, detectando las vibraciones que se generan cuando el agua escapa de una tubería. Y trazadores de agua y colorantes: se pueden agregar trazadores químicos o colorantes al agua para seguir su recorrido y encontrar la fuente de la fuga.
Es importante recordar que, si bien algunas fugas pueden ser visibles y fáciles de detectar, otras pueden estar escondidas y requerir equipos especializados y experiencia para localizarlas con precisión. Si sospechas una fuga y no puedes encontrarla por ti mismo, siempre es mejor contactar a un experto en fontanería o detección de fugas para una evaluación y reparación profesional.