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Más de un millón de madrileños han recurrido a la ropa de segunda mano en el último año

Crece un 19% en 2022 respecto al año anterior

Gacetín Madrid

El número de clientes en las tiendas de moda de segunda mano de Humana Fundación Pueblo para Pueblo en Madrid aumentó un 19% en 2022 respecto al año anterior y superó por segundo año consecutivo el millón de clientes.

Los principales factores que explican la atracción por las prendas, calzados y complementos de segunda mano son los precios económicos así como una mayor conciencia ambiental, especialmente entre las nuevas generaciones. El número de personas que compraron en alguno de los 25 establecimientos de la entidad sin fin de lucro alcanzó los 1,2 millones el año pasado (representa un incremento del 19,7% respecto al ejercicio anterior), que adquirieron 3,3 millones de artículos reutilizados.

“El sector de la moda de segunda mano ya se encontraba al alza antes de la pandemia, si bien experimentó un punto de inflexión en 2021. No sólo se recuperó bien de los efectos del confinamiento y las restricciones que se impusieron en todos los ámbitos, sino que esas buenas sensaciones se vieron refrendadas en 2022”, explica Rafael Mas, director de Proyectos y Relaciones Externas de la Fundación.

Mas enumera los principales motivos del crecimiento: “el auge del consumo, un cambio de valores impulsado por la mayor conciencia ambiental y el paulatino redescubrimiento de otras maneras de consumir. Los buenos precios de este tipo de productos actúan como otro factor importante, empujados por la inflación”.

Las prendas proceden de donaciones

Los artículos a la venta en las tiendas Humana proceden de las donaciones depositadas en los contenedores de la vía pública o en los que hay en los propios establecimientos. Estas donaciones se clasifican en el centro de preparación para la reutilización que la entidad tiene en Leganés (Madrid).

“La gestión de estos artículos permite que vuelvan al mercado como moda sostenible y reutilizada. Este proceso tiene un fin social, puesto que los fondos generados con la red de tiendas permiten impulsar proyectos de cooperación al desarrollo en países del Sur y acciones sociales en España”, indica Rafael Mas.

“La oferta de segunda mano va transformando paulatinamente la mentalidad de cada vez más personas”, continúa, “por necesidad, tendencia o consumo sostenible, es una opción cada vez más valorada socialmente. Es una alternativa seductora para muchos colectivos, atraídos en gran parte por el valor añadido de las prendas de segunda mano, porque contribuyen a la sostenibilidad a precios asequibles”.

“La moda reutilizada se ha quitado la etiqueta de pobre. España se está impregnando de la conciencia del consumidor de países nórdicos, Inglaterra o Alemania y la ropa de segunda mano se percibe como una alternativa de prestigio. Es una opción seductora para muchos segmentos de la sociedad. Especialmente significativa es la respuesta de las nuevas generaciones: les convence porque es moda original y sostenible. Tienen menos poder adquisitivo y al mismo tiempo apuestan por el menor impacto posible en el consumo”.

“Por otro lado, el 70% de la ropa comprada en las tiendas de segunda mano de Humana reemplaza la adquisición de prendas nuevas, lo que contribuye a la prevención de emisiones de CO2 y de posteriores residuos textiles”, indica el director de Proyectos y Relaciones Externas de la Fundación, que insiste: “Reutilizar la ropa es la mejor manera de evitar que se convierta en un residuo. Y evita el gasto económico, energético y ambiental que comporta la producción de una prenda nueva que sustituya a la anterior”.

El éxito del vintage

Tradicionalmente, las tiendas Humana han vendido todo tipo de ropa reutilizada, sin más distinciones. Desde hace unos años, la entidad sin fin de lucro apuesta decididamente por el vintage. La red de tiendas Humana en España asciende a 48, de las que nueve son exclusivamente vintage: cinco en Madrid y cuatro en Barcelona. “La moda vintage es un producto en auge.

Se repiten los esquemas y los gustos de los años 70, 80 y 90, dando como resultado una mezcla curiosa de estilos. Son prendas únicas difíciles de encontrar en otro tipo de establecimientos”, afirma Rafael Mas, que indica: “El público mayoritario es joven y alternativo, en su gran mayoría con conciencia social y ecológica”.

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