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‘Archivos Lambda’ llega a CentroCentro con los 12 años de trabajo de Estudio Herreros para la creación del Museo Munch de Oslo

Gacetín Madrid

CentroCentro, espacio del Área de Cultura, Turismo y Deporte, acoge hasta el próximo 28 de agosto la exposición Archivos Lambda. El proyecto del Museo Munch de Oslo. La muestra presenta el proceso de 12 años de trabajo que Estudio Herreros ha dedicado a este proyecto desde sus inicios hasta la inauguración del edificio en octubre de 2021 y documenta una nueva forma de hacer arquitectura, pensar las instituciones culturales y crear ciudad.

Comisariada por Valentín Roma, la exposición está coproducida por CentroCentro, La Virreina Centre de la Imatge de Barcelona y arc en rêve de Burdeos y se podrá ver, con entrada gratuita, hasta el 28 de agosto en la planta 4 de CentroCentro.

El nombre de la exposición, Archivos Lambda, utiliza el lema bajo el que se amparó el anonimato de la propuesta de Estudio Herreros en el concurso internacional fallado en 2009 que, inusualmente, permaneció en las menciones de los medios y el lenguaje ciudadano hasta que se empezó a construir el edificio. Lejos de las gramáticas manejadas por las exposiciones al uso de arquitectura en las que no queda rastro de las innumerables contingencias que acompañan a los procesos de diseño y puesta en marcha de la obra, la idea del archivo se manifiesta aquí mediante una serie de materiales que documentan la historia interna del proyecto sin eludir su complejidad y contradicciones y que no suelen ver la luz, pues se consideran ‘papel burocrático’. Además, incorpora la serie de imágenes que el fotógrafo Iwan Baan ha realizado del edificio y su entorno.

En un momento en el que los museos están repensando sus atribuciones y sus sentidos públicos, el proyecto del Munch aprovecha la oportunidad que supone para este debate construir una institución de esta importancia desde cero, mutar la fisonomía de una ciudad con la aparición de un acontecimiento arquitectónico y hacerse eco de los anhelos ciudadanos que deberían dar sentido a toda infraestructura cultural contemporánea. Así, la exposición enseña cómo las nuevas formas de hacer arquitectura son el resultado de intensos procesos de diálogo político y social y de colaboraciones a largo plazo entre agentes diversos.

Proyecto de ciudad y proceso participativo

En los años ochenta se inicia el desmantelamiento del puerto de Oslo que bloqueaba históricamente el contacto de la ciudad con las aguas del fiordo. Este ambicioso proyecto implicaría importantes trabajos infraestructurales y edificatorios para borrar del plano de la ciudad toda barrera que dificultara la deseada fusión entre ambos medios.

En el año 2000 se implantan las designaciones Paseo del Puerto (Harbour Promenade) para describir el sueño colectivo de disponer de una vía peatonal y ciclista que transcurriera sin interrupciones a lo largo del litoral urbano y Ciudad de Fiordo (Fjord City) para nombrar un nuevo tipo de urbe en la que se convertiría la anterior Ciudad Portuaria (Port City). La particularidad de este proyecto con respecto a otros similares en el mundo es que, en lugar de reservar una franja ancha de espacio público salpicado de equipamientos, la ciudad residencial, comercial y de oficinas se extiende sobre los nuevos terrenos según un modelo a escala de las personas, con una presencia mínima del automóvil en favor de los peatones, las bicicletas y los patinetes en la que los equipamientos surgen asociados a pequeños espacios públicos. Así, aparecen la nueva estación central de tren, la Ópera, la Biblioteca Deichman y el Munch como resultado de otros tantos concursos internacionales.

En el año 2008, se publica la convocatoria del proyecto correspondiente al Munch. Tras varios intentos fallidos, este proyecto pretende dar respuesta a la condición expresada en el testamento del propio Edvard Munch (1863-1944) con la intención de legar toda su obra y su archivo a la ciudad de Oslo y la condición de que se construya un museo para albergarla, entendiendo que el edificio erigido en 1963 en el barrio de Toyen era una construcción temporal. El proceso de selección de concursantes propone una lista de 20 despachos de arquitectura de todas las generaciones, diez de los cuales nunca habían diseñado un gran museo, para competir por el encargo bajo el juicio de un nutrido jurado igualmente internacional con representación de arquitectos, urbanistas y académicos.

En marzo de 2009, se emite el fallo en favor del madrileño Estudio Herreros. Su propuesta aporta la heterodoxia tipológica que supone desarrollar un museo en los 13 niveles de un desarrollo vertical, presentándose en la silueta de la ciudad como expresión de un sueño colectivo con el valor añadido de la liberación del suelo para los peatones. El esquema consiste en enlazar, mediante la torre de espacios expositivos y circulatorios, un vestíbulo que se concibe como una gran plaza equipada con otro espacio público de carácter lúdico, un observatorio sobre la ciudad. Su rotunda silueta construye un hito en el skyline de la capital noruega, en el que funciona como un instrumento de orientación urbana de la importancia del fiordo o las montañas circundantes.

Para entonces, Estudio Herreros ya se ha hecho acompañar de un nutrido grupo de expertos de diversos países en las especialidades necesarias para realizar un proyecto de aproximadamente 27.000 m2 y ha tenido que diseñar un método de trabajo colaborativo entre todos ellos que llegará a implicar hasta 100 personas a lo largo del proceso. El diálogo y el trabajo en equipo serán mucho más que buenos deseos enunciados sin más. El madrileño Estudio Herreros entiende que las decisiones del proyecto ya no se toman exclusivamente en su entorno, sino que muchas veces saldrán de las mesas de reuniones con múltiples intervinientes.

Este proceso se repite en tres niveles: profesional en lo que se refiere al trabajo en equipo y la búsqueda de la máxima coherencia entre disciplinas; social en el diálogo con los diferentes agentes ciudadanos tanto en persona como a través de los medios o las presentaciones públicas, y político, puesto que a la postre todas las decisiones deben ser sancionadas por la asamblea municipal que tiene, en todo momento, la posibilidad de aprobar o cancelar el proyecto. /

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