El Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid ampliará las instalaciones de la Biblioteca Musical Víctor Espinós, ubicada en el Centro Cultural Conde Duque. Asimismo, la exposición que conmemora el centenario del centro, en la que se muestra el rico patrimonio instrumental que atesora, pasará a ser permanente en ese centro.

La Biblioteca Musical dedicará su ampliación a una sala polivalente de conciertos, así como a aumentar el espacio dedicado a las cabinas de ensayo. De esta manera cumplirá, aún más si cabe, con la función para la que fue creada, que todos los madrileños tengan acceso a instrumentos y partituras.

En la exposición que se ha organizado para conmemorar el centenario de este centro y que el Área de Cultura, Turismo y Deportes ha decidido que pase a ser permanente, los visitantes pueden ver la primera colección de instrumentos musicales abierta al público en Madrid, que habitualmente permanecía guardada en los depósitos de la institución por falta de espacio.

Patrimonio musical de excepcional valor

En una gran vitrina-escaparate se exponen 41 piezas: instrumentos de cuerda y viento y reproductores de sonido, entre los que destaca la guitarra que Andrés Segovia donó a la biblioteca en 1932 para contribuir a la creación del servicio de préstamo gratuito de instrumentos musicales. También se puede contemplar el rico patrimonio documental musical de la biblioteca que incluye una parte de su emblemática colección de Quijotes musicales, con partituras firmadas por Falla y algunas editadas en Nueva York en los años 30.

Asimismo, el público puede acercarse a la experiencia musical mediante esta muestra. Los músicos pueden ensayar en las cabinas de estudio que sirven también para que quienes nunca han tenido la oportunidad de tocar un piano, un violonchelo, una guitarra, un cajón flamenco o una batería silenciosa, puedan hacerlo.

Un gran panel de la fama recoge parte del archivo fotográfico de la institución. En él se pueden ver los autógrafos que músicos y grandes cantantes de ópera de los años 20 y 30 dedicaron a Víctor Espinós y a la biblioteca. Por último, una escultura formada por instrumentos musicales dados de baja del préstamo rinde homenaje a las vocaciones que han salido adelante con el servicio prestado por la biblioteca y a los propios instrumentos.

Facilitar el acceso a la música

La Biblioteca Musical se fundó en 1919 con la colección que reunió el musicólogo y crítico Víctor Espinós y su principal objetivo fue disponer de una instalación y de unas colecciones para acercar la música y su estudio a personas que, por su condición social, no tenían fácil acceso a partituras e instrumentos.

En 1922 editó su primer catálogo, que recogió más de 6.000 partituras y en 1932 se creó el servicio de préstamo de instrumentos, único en su momento en toda Europa. Ha sobrevivido a los vaivenes de la historia y ha continuado su labor a lo largo de 100 años, durante los cuales se ha ido asentando en la ciudad y se ha convertido en un referente para muchos de los que han estudiado música en Madrid en estas décadas.

Actualmente, cuenta con cerca de 100.000 fondos musicales entre monografías, partituras, métodos de enseñanza y registros audiovisuales y sonoros en los más variados soportes, además de una colección de 379 instrumentos musicales en préstamo.

Asimismo, dispone de 16 salas de ensayo (12 individuales y cuatro de grupo, con siete pianos y un contrabajo), una sala de actividades, un servicio de referencia e información especializada y acceso público al catálogo en línea, donde se pueden consultar los registros bibliográficos de la colección. Todos sus servicios son gratuitos.