Los técnicos del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid han localizado diversos restos arqueológicos en el Paseo de México del Parque del Buen Retiro durante las obras de remodelación que se estaban llevando a cabo en la zona.

El delegado del área, Borja Carabante, ha visitado esta mañana los hallazgos, acompañado del director general de Gestión de Aguas y Zonas Verdes, Francisco Muñoz, de la directora del parque, Caridad Melgarejo, y del arqueólogo José Polo.

El 4 de julio comenzaron las obras de rehabilitación de este paseo y fue, a principios de septiembre, cuando se inició la limpieza y excavación de los restos constructivos aparecidos.

Lo que se creía que podía ser el antiguo “río Chico” se trata de la adecuación estructural de un antiguo camino realizado con una base de escombro de ladrillos macizos fragmentados, mortero de cal y algunos pedernales de sílex. Es un nivel perfectamente horizontalizado y muy bien compactado para facilitar así el adecuado tránsito de los carros.

Un camino que quedó soterrado

Tal y como se ha comprobado en los planos anteriores a la construcción del parque del Buen Retiro, existe un camino representado que, hasta principios del siglo XVII, llegaba justo hasta la puerta de Alcalá, que era la entrada a la ciudad de Madrid por el este.

El entonces denominado ‘Camino viejo de Vicálvaro y Ambroz’ era una vía secundaria que conectaba el pueblo de Vicálvaro con Madrid. Tras la construcción del parque quedó interrumpido e inutilizado únicamente en el tramo que atravesaba los terrenos del mismo y debió soterrarse, siendo desviado por el exterior de las tapias que daban a la avenida Menéndez Pelayo (antigua Ronda de Vicálvaro), para girar después hacia la actual calle Alcalá.

Los materiales cerámicos asociados al mismo parecen corroborar esa datación cronológica, ya que son fragmentos de vasijas cerámicas realizadas a principios del siglo XVII y que, en estos momentos, están en proceso de estudio.

Nuevos restos

Durante el mes de octubre se han localizado también otros restos constructivos, pertenecientes probablemente al muro de la antigua ermita de la Magdalena, del siglo XVI, anterior al propio parque. Se trata de una cimentación o zócalo de un muro construido con mampostería trabada con mortero de cal y arena.

Una vez terminado el estudio arqueológico, se procederá a su cubrimiento y continuarán las obras de mejora previstas, para las cuales se prevé un retraso de dos meses.

La obra, acorde al Plan Director de Arbolado de 2016, comprende fundamentalmente dos aspectos: la restauración de la fuente más próxima a la entrada de la Plaza de la Independencia, que presenta graves signos de deterioro y filtraciones en los muros perimetrales y, por otro lado, la renovación de las dos alineaciones de arbolado presentes en el paseo, que pasarán de 20 a 48 ejemplares.