El Ayuntamiento de Madrid, a través de la Oficina de Derechos Humanos y Memoria de Madrid, ha dado la bienvenida oficial esta mañana a las dos primeras Defensoras de Derechos Humanos del Programa de Acogida Temporal de la Ciudad de Madrid.

Las colombianas Maritze Torres, de la Asociación de Familias Víctimas de Trujillo, y Maricel Sandoval, de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca, han sido recibidas por Mauricio Valiente, tercer teniente de Alcaldía y responsable de la Oficina de Derechos Humanos y Memoria de Madrid. La tercera de ellas, Claudia Pai, de la Unidad Nacional de los Pueblos Indígenas Awá, llegará a Madrid la próxima semana.

La bienvenida ha tenido lugar en el salón de actos del edificio municipal de la calle Mayor 71. Junto a Valiente se encontraban también representantes de las entidades que conforman el Comité de Protección del Programa de Acogida Temporal; concejales de los grupos municipales del Ayuntamiento de Madrid, e Ignacio Aznar, de la ONG Mundubat, encargada de la gestión del programa.

Mauricio Valiente ha señalado que “para nosotros es un honor, un orgullo y una oportunidad poder acompañaros en vuestro trabajo y en lo que vais a desempeñar en los próximos días” y a continuación ha explicado que “no se trata de un programa de refugio o de acogida permanente, sino de un programa de acogida temporal que tiene como finalidad esencial establecer lazos entre los defensores y las defensoras colombianas y el conjunto de la sociedad madrileña”.

Valiente ha indicado que en esta primera edición se ha elegido Colombia por el tejido asociativo y la relación que se tiene con el conjunto de organizaciones de Madrid, “razón fundamental -ha dicho- porque esos lazos son los que van a hacer que el programa tenga éxito y pueda continuar”.

Ignacio Aznar, Coordinador del Programa de Acogida Temporal de la Fundación Mundubat, ha descrito las líneas generales del programa, del que ha destacado como objetivo principal “que las tres se vayan con más herramientas para ellas y para sus organizaciones para que el trabajo que hacen en defensa de los derechos humanos esté más reforzado”.

Maricel Sandoval, de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca, ha explicado que “soy una mujer negra, afroamericana y defensora de los derechos humanos, incansable por este trabajo y por la defensa de la vida y del territorio”, y ha agradecido las posibilidades que les ofrece el programa, entre ellas “la posibilidad de relacionarnos entre nosotras, entre las defensoras”.

La defensora colombiana ha descrito la difícil situación de su territorio al norte del Cauca, un territorio afectado por el conflicto armado en Colombia y donde según ha explicado “el conflicto minero destruye su territorio y deja un piedrero en el que no podemos producir”, ha concluido Maricel.

Maritze Torres, de la Asociación de Familias Víctimas de Trujillo, también ha querido agradecer la calurosa bienvenida y al igual que su compatriota ha descrito las diversas y difíciles situaciones de conflicto que viven a diario en Colombia, en concreto en Trujillo, una zona donde se vive una situación tensa debido al narcotráfico, y a las acciones de paramilitares, financiados por el narcotráfico. Maritze ha destacado los logros conseguidos de la AFAVIT, como la formación o la Red Lugares de Memoria que hoy día congrega a treinta organizaciones colombianas.

Madrid, ciudad de acogida durante tres meses

Madrid será durante los meses de febrero, marzo y abril, ciudad de acogida para las dos defensoras de derechos humanos. El objetivo es que vivan en un ambiente seguro, lejos de las amenazas a las que se enfrentan en su día a día. Durante este tiempo el programa de acogida les permitirá compartir y visibilizar tanto la situación de los derechos humanos en su país de origen como la presión o violencia que se ejerce allí sobre las personas defensoras. Para ello tendrán la oportunidad de interactuar con la ciudadanía madrileña en diferentes foros.

Además, junto a la protección y la posibilidad de visibilizar su situación, la iniciativa, pionera en la Ciudad de Madrid, contempla también la creación de vínculos entre organizaciones españolas y de Colombia, generando así sinergias que contribuyan a mejorar la protección en su país, además de fortalecer las redes de apoyo institucional y político de las organizaciones a las que representan.

En la primera edición, una mirada a Colombia

El programa de Acogida Temporal a Personas Defensoras de Derechos Humanos está financiado por el Ayuntamiento de Madrid y gestionado por la ONG Mundubat y se inserta en el Plan Estratégico de Derechos Humanos del Ayuntamiento de Madrid. Con esta medida de acogida el consistorio busca contribuir al cumplimiento de los compromisos municipales en este ámbito, así como generar esos espacios de acogida y protección necesarios para aquellas personas que por su labor de defensa de los derechos humanos ven sus vidas en peligro.

En su primera edición el proyecto se centra en Colombia en cumplimiento a la Proposición aprobada en 2018 por los cuatros grupos municipales en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid. En dicha proposición se manifestaba el apoyo a la consolidación de la paz en Colombia y a la implementación de los Acuerdos de Paz y la defensa de los derechos humanos, señalando así su preocupación por las situaciones de riesgo a las que allí se ven expuestas las personas defensoras de estos derechos.

En el año 2016 Colombia inicia una difícil transición hacia la paz tras el acuerdo entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). A partir de ese momento cesan las hostilidades pero no el número de víctimas debido a los conflictos sociales. Entre estas víctimas se incluyen las personas defensoras de los derechos humanos. Entre noviembre de 2016 y mayo de 2018 el número de líderes sociales y activistas asesinados ascendió a 282.

En 2018 murieron 164 personas defensoras de Derechos Humanos

Los defensores y defensoras de derechos humanos son individuos, grupos y organismos de la sociedad que de manera no violenta promueven los Derechos Humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidas comprometiendo su vida al denunciar públicamente las injusticias.

Esto les convierte en un objetivo para las organizaciones violentas, así como para los grupos de interés y poder que se benefician de dichas injusticias. A menudo, esto se transforma en amenazas, persecuciones e incluso asesinatos.

Según los datos proporcionados por el representante de Mundubat, Ignacio Aznar, 2018 se ha cerrado con la muerte de 164 personas defensoras de derechos humanos en Colombia, lo que supone un 50% más de muertes respecto al año anterior y la cifra más alta en los últimos años.