Madrid renueva su compromiso con la Real Fábrica de Tapices con una subvención de 500.000 euros

Gacetín Madrid

La Junta de Gobierno ha aprobado hoy la autorización y disposición del gasto de 500.000 euros en concepto de subvención nominativa a favor de la Fundación Real Fábrica de Tapices, con el objetivo de apoyar el mantenimiento de su viabilidad económica, su reflotamiento y sostenibilidad, según ha explicado en rueda de prensa la vicealcaldesa y portavoz municipal, Inma Sanz, tras la Junta de Gobierno.

Este apoyo se enmarca en el Plan Estratégico de Subvenciones del Ayuntamiento de Madrid y sus Organismos Públicos 2024-2027. Con anterioridad al acuerdo de hoy, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid, en la sesión del 23 de diciembre de 2024, aprobó el Presupuesto General del Ayuntamiento para 2025, que recoge las subvenciones nominativas para el presente ejercicio.

La contribución económica a esta fundación tiene como finalidad reforzar su capacidad para continuar desarrollando su importante labor cultural en la ciudad, contribuyendo al interés general en el ámbito de la creación artesanal y la tradición textil española, que viene promoviendo desde su creación. El período de ejecución de esta subvención comprende hasta el 31 de diciembre de 2025.

Un referente de la tradición textil española

Desde 1996, esta fundación es la entidad destinada a garantizar la transmisión de los valores culturales de la Real Fábrica de Tapices, que cuenta con 300 años de experiencia en la fabricación y restauración de alfombras, tapices y reposteros.

Felipe V, en un intento de potenciar la economía nacional, dentro de la política de fomento de la industria que se desarrollará durante el siglo XVIII, y ante la incapacidad de satisfacer la demanda existente para decorar los Sitios Reales, se decidió por crear una fábrica de tapices en 1719, para lo cual contrató al tejedor flamenco Jacobo Vandergoten.

La fábrica se estableció en un edificio próximo al Portillo de Santa Bárbara, conocido como Casa del Abreviador, en los arrabales de la villa, donde permanecerá hasta 1882. En esa fecha, Alfonso XII autorizó la demolición de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara para proceder al acuartelamiento y ensanche de Madrid, y ordenó que se construyera un nuevo edificio en la zona del olivar y la huerta del Convento de Atocha. Su arquitecto, José Segundo de Lema, terminó la obra en 1889, año en que se ocupó el nuevo edificio, donde continúa actualmente la actividad.

Convertida en fundación, la real manufactura asume como fábrica el reto de continuar la producción artesanal de tapices, alfombras y reposteros, y también el de formar a nuevos artesanos, garantizando así la supervivencia de unos oficios en vías de extinción que han sido y son una de las expresiones más extraordinarias de las artes suntuarias.

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