Los casos de sarna (o escabiosis) se han disparado en los últimos años en la Comunidad de Madrid. Se ha pasado de 3.413 casos registrados en 2018 a los 18.352 contabilizados en 2023. Y en lo que va de año 2024, se han registrado un total de cuatro brotes por escabiosis con 37 personas afectadas, frente a los 22 notificados en el mismo periodo del pasado año.
En 2020 la escabiosis se incluyó en la hoja de ruta de la OMS para las enfermedades tropicales desatendidas, pero no se trata únicamente de un problema limitado a países de bajo nivel socioeconómico. Así, en los últimos años parece observarse un aumento de casos en los países europeos y Noruega, Alemania y España ya habían detectado un aumento de consultas por infestaciones de ácaros o un incremento en el uso de escabicidas previo a la pandemia por COVID-19.
En la Comunidad de Madrid se notifican a la Red de Vigilancia los casos que se presentan en forma de brotes epidémicos ya que la escabiosis no es una enfermedad de declaración obligatoria ante casos individuales. Una aproximación a su incidencia puede realizarse mediante otros sistemas de información. Así, en los seis últimos años han consultado en Atención Primaria 47.849 (casos y contactos) y 12.368 en Urgencias Hospitalarias (episodios únicamente de casos), con 21 hospitalizaciones, cuatro de ellas en menores de 10 años.
La tendencia en la Comunidad de Madrid es creciente en los últimos años, tal y como ocurre en el resto de España y en los países de nuestro entorno. Se ha pasado de 3.413 casos registrados en 2018 a los 18.352 contabilizados en 2023. Las consultas por escabiosis en Atención Primaria son realizadas con mayor frecuencia por mujeres (52,55%) y en Urgencias Hospitalarias por hombres (57,5%). El grupo de edad de 15-44 años supone más de la mitad de los casos y tanto en hombres como en mujeres las edades son más bajas en urgencias hospitalarias que en Atención Primaria.
Los datos de la Comunidad de Madrid muestran tres picos en los dos últimos años, el primero en abril de 2022, un segundo pico de mayor magnitud y duración desde finales de 2022 a mayo de 2023 y el tercero a finales de 2023. Esta distribución temporal coincide en los episodios de Atención Primaria y en Urgencias Hospitalarias. En el análisis por distritos de salud pública se observa que los distritos con mayores tasas de incidencia para el total del periodo son Madrid-Puente de Vallecas y Madrid-Usera. En el año 2023 estos dos distritos y Madrid-Villaverde superan los 400 casos por 100.000 habitantes.
Durante los dos últimos años se han declarado a la Red de Vigilancia Epidemiológica un número creciente de brotes de sarna en todos los ámbitos, siendo las residencias de personas mayores las que han supuesto el mayor número de brotes y de afectados por esta enfermedad, y con mayor tiempo de duración. En el entorno de las residencias de personas mayores, altamente vulnerable por sus especiales características, es donde la educación sanitaria, la vigilancia activa, la rapidez del diagnóstico y la instauración precoz del tratamiento deben ser priorizados, con un seguimiento cercano para prevenir eficazmente la transmisión de la enfermedad y el control de los brotes.
En lo que va de año 2024, se han registrado un total de cuatro brotes por escabiosis con 37 personas afectadas, frente a los 22 notificados en el mismo periodo del pasado año con 24 afectados, según los últimos datos actualizados por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
¿Qué es la sarna?
La escabiosis o sarna es una infección parasitaria de la piel causada por el ácaro Sarcoptes scabiei, variedad hominis. Produce prurito intenso, sobre todo nocturno. El ácaro se aloja en la superficie de la piel del huésped. La hembra penetra en ésta cavando túneles de 5-15 mm de longitud donde deposita sus huevos y segrega ciertas sustancias que provocan reacciones alérgicas (por sensibilización a las proteínas y las heces del ácaro).
El parásito sólo puede sobrevivir fuera del huésped 3-4 días o algo más en contacto con queratina y humedad. La susceptibilidad es universal: afecta a personas de todas las edades y sexos. Se trasmite por contacto directo estrecho con los individuos infectados y, menos frecuentemente, al compartir ropa, sábanas o toallas.
Se propaga rápidamente en condiciones de hacinamiento, por lo que es más fácil que se transmita en instituciones cerradas donde hay alto grado de contacto físico cercano. No está descrita la existencia de una variación estacional en su incidencia. El tratamiento de esta enfermedad implica medidas farmacológicas y de control higiénico-sanitarias. El tratamiento farmacológico de primera línea consiste en la aplicación de permetrina tópica al 5% o la administración de ivermectina oral.