Hay niños que nunca han disfrutado del agua corriente. Niñas que jamás se han bañado en una piscina o han tenido la oportunidad de hacerse un análisis. Pequeños que aún no han pisado la consulta de un dentista o de un oculista. Pequeñas que jamás han salido del lugar donde viven, un campamento de personas refugiadas enclavado en el inhóspito desierto argelino de Tinduf.
Este verano, las familias madrileñas tienen la oportunidad de que esos niños y niñas, refugiadas saharauis, cambien la canícula y el abatimiento que genera la hamada argelina por una estancia de aproximadamente dos meses en nuestro país, en el seno de sus hogares. La oportunidad de ofrecerles, durante julio y agosto, una alimentación saludable, revisiones médicas de calidad y, lo que es más importante, la inmersión en una cultura diferente en un espacio de cariño y solidaridad.
Hace unos días, la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Madrid inició en la capital una nueva edición del programa “Vacaciones en Paz”, que con más de 25 años de vida es uno de los más longevos del movimiento de solidaridad con el Sáhara Occidental. La entidad, que forma parte de la Federación de la Comunidad de Madrid de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (FEMAS) invita a la ciudadanía a participar en la iniciativa solicitando la acogida de un menor saharaui para este verano, demostrando, con su práctica, el carácter solidario del pueblo madrileño.
Los hogares interesados pueden ponerse en contacto con nuestra asociación antes de principios de abril en el e-mail vacacionesenpazmadrid@hotmail.
En estos momentos, la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Madrid prepara charlas informativas y otros actos de sensibilización junto a organizaciones como asociaciones vecinales y AMPAs. «Si deseas que nuestros voluntarios y voluntarias vayan a presentar el programa Vacaciones en Paz a tu zona, te rogamos te pongas en contacto con la asociación en el email arriba indicado. Nuestro objetivo es lograr que las familias de la capital acojan este verano al menos 80 menores saharauis», señalan sus promotores.
Recordemos que desde hace más de 46 largos años, decenas de miles de saharauis se ven obligados a vivir lejos de su tierra, en cinco campos de personas refugiadas ubicados en la hamada, la parte más árida de la región de Tinduf, un lugar inhóspito, sometido a temperaturas extremas, que en verano alcanza los 56º. Mientras esperan la vuelta a su tierra, ocupada por el reino de Marruecos «desde que el Estado español la abandonara a su suerte, en 1976, sobreviven gracias a la ayuda y a la solidaridad internacional», inciden. Buena parte de los 165.000 saharauis de los campamentos de Tinduf son niños y niñas. «Niños que carecen de cosas que en nuestra tierra nos resultan básicas, como una buena atención médica, una alimentación variada y saludable, agua corriente o un simple baño», subrayan.
Gracias a “Vacaciones en Paz”, que el movimiento de solidaridad con el Sáhara desarrolla de manera simultánea en todas las comunidades autónomas de España, esos menores, auténticos/as embajadores de su cultura y de su causa, podrán someterse a revisiones dentales y oftalmológicas, vacunas… pero, sobre todo, podrán disfrutar de unas semanas de vacaciones de verdad, lejos de los campamentos de Tinduf, en el marco de una familia madrileña.
