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La Ruta de los Búnkeres: un buen plan para disfrutar de la sierra madrileña y descubrir su historia

Gacetín Madrid
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La Sierra de Guadarrama fue uno de los frentes más activos y estables de la Guerra Civil. Por ello, de 1937 a 1939 se construyeron numerosos búnkeres a lo largo de ella, siendo los que se encuentran en Los Molinos, de los mejores conservados.

Te animamos a que conozcas 10 de ellos, en una ruta en plena naturaleza, que combina actividades al aire libre con historia. Cálzate las botas, y ven a Los Molinos. Los Molinos pone a tu disposición numerosas rutas que te permiten recorrer los senderos de la Sierra de Guadarrama desde diversos puntos de vista: canteras, naturaleza, dehesa, historia…

Entre ellas, destaca la Ruta de los Búnkeres, que recorre 10 de estas fortificaciones militares, que se encontraban en la segunda línea de defensa del bando republicano. Las que nos encontraremos tienen un gran estado de conservación, debido a que nunca entraron en batalla.

La ruta propuesta, de 7.4 km de distancia, tiene una dificultad moderada (superando unos 500 metros de desnivel) y se puede realizar en unas 3 horas. Es una ruta apta para ir con niños, y ten en cuenta que al ser una ruta lineal tienes que contar el tiempo de vuelta.

El trazado está dividido en 2 tramos, el primero de 4 kilómetros es prácticamente llano y se puede realizar en unos 90 minutos. El segundo tramo de 3.4 kilómetros es más montañoso y se adentra en la zona de La Peñota, lugar de un gran valor natural y de una gran belleza.

El recorrido te permitirá conocer 10 fortificaciones construidas con cemento y hormigón armado, con unos muros de un grosor entre 50 y 100 cm. En el perímetro de toda la construcción circular existen unas troneras que permitían disparar a los soldados. En la parte exterior se añadieron piedras de la zona de la Sierra de Guadarrama que además de protección, servían de camuflaje.

Los búnkeres existentes en la primera parte del recorrido, la más próxima a Los Molinos, datan del final de la Guerra Civil (1938-1939), mientras que los últimos en la zona de la Peñota se construyeron en 1937 y están algo peor conservados.

Ahora, ya sólo queda que marques un día en el calendario y prepares una jornada llena de Naturaleza, historia, patrimonio y cultura. Después de la ruta seguro que se te abre el apetito y en Los Molinos encontrarás restaurantes que te permitan reponer fuerzas y descansar.

Tramo A

Los seis primeros búnkeres fueron levantados en 1938-1939, dentro del PLAN 2-A, y son unos de los que están mejor conservados de España. La parte superior está coronada con una especie de ‘tapadera’, en la mayoría de los casos circular, realizada con los mismos materiales que las anteriores, pero, en vez de con troncos en el interior, con unas rejillas de hierro de las que solo quedan las marcas.

1. Los Huertos

Se accede a esta casamata por una trinchera poco marcada. Su estado de conservación es muy bueno, si bien sus troneras han sido cegadas con piedras y se ha colocado una puerta metálica en la entrada para impedir el acceso al interior.

2. Casamata del sanatorio de la Marina

Esta casamata se encuentra en muy buen estado de conservación. Sin embargo, sus elementos artilleros están en una peor situación, ya que el cilindro donde se apoyaba la ametralladora ha desaparecido y las troneras por las que se disparaba han sido cegadas.

3. Majaltobar

Esta casamata, a pesar de pertenecer a este grupo de las mejor conservadas de la segunda línea, se encuentra en parte enterrada por escombros. Por otro lado, de nuevo en la zona superior, se puede advertir una zona socavada, lo que hace pensar en el impacto de un proyectil

4. Matamaillo

En los alrededores de este búnker podemos observar toda una red de trincheras de la guerra. De hecho, para acceder a la misma de nuevo tiene que ser por una trinchera excavada en parte en la roca. En la zona superior también se puede advertir la existencia de una zona socavada, a consecuencia del impacto de un proyectil.

5. Balcón de La Peñota

Esta casamata forma parte de este grupo de búnkeres de los años 1938-1939 mejor conservados, aunque está pintada con grafitis que deslucen su aspecto. Su tipología es la misma que poseen las demás casamatas de esta segunda línea del frente.

6. Los Veneros

Este búnker pertenece al grupo de los seis mejor conservados. Es el más elevado y, posiblemente, uno de los últimos que construyó el Ejército Popular de la República, ya que se acabó su construcción en enero o febrero de 1939.

Un rasgo identificativo de esta casamata es que, en la parte frontal, tiene grabada en el hormigón la inscripción: «AÑO 1939», con la ‘ñ’ puesta al revés, una práctica habitual en la época en algunos medios de propaganda política, como las pancartas.

Se pueden observar en ella otros grabados en la base de las troneras y en la parte superior, si bien todos ellos son posteriores. También se pueden observar en el techo las pisadas de botas para favorecer su aspecto irregular y ayudar a su camuflaje.

Tramo B

Los cuatro últimos datan de 1937 y se sitúan en la parte superior de la vía de Cercanías. Son más grandes, de menor calidad y están peor conservados. Su mayor diferencia se encuentra en la cubierta: exteriormente es plana e inclinada hacia delante e interiormente está forrada con troncos denominados ‘rodetes’, que realizaban la función de encofrado del cemento y hormigón, y a la vez daban mayor protección a la construcción

Se incluye en este tramo una parte opcional−pintada de color verde en el plano− para ver desde fuera el búnker 10 de La Molinera, enclavado dentro de una propiedad privada.

7. Majalcamacho

Esta casamata, perteneciente al grupo de los cuatro búnkeres más antiguos, fue probablemente explosionada desde su interior tras la finalización del conflicto, tal y como evidencian los restos del material de construcción que se encuentran en los alrededores.

El objetivo de esta práctica era recuperar el acero, de gran calidad, de los proyectiles aún sin explosionar. Por este motivo, estas cuatro construcciones se hallan en peor estado que las otras seis, y en este caso falta la parte posterior y el techo. En las proximidades, a unos 10 m, se encuentra el faldón de otra casamata también explosionada.

8. Barranco de Las Encinillas

Esta casamata también fue explosionada, como la anterior, tal y como se puede observar por los restos de hormigón esparcidos por la zona. El faldón es de hormigón y carece de la parte posterior. El techo, al que le falta una parte, está compuesto de cemento y piedras.

9. Las Encinillas

Esta casamata, a diferencia de las demás de este segundo tramo, se encuentra en muy buen estado de conservación debido a que no fue volada y es poco conocida. Por este motivo, a través de esta se ha podido analizar la tipología del techo de estas cuatro construcciones.

Consiste en una cubierta plana e inclinada con la sujeción de los troncos en el interior, hoy en día calcinados, ayudados por dos vigas de hierro que refuerzan la techumbre. También se puede observar en la zona superior una barra de hierro que podría servir para colgar las redes de camuflaje.

10. La Molinera

Esta casamata está situada en una línea en la que se encuentran una gran cantidad de trazos de trincheras, destacando la que hay excavada en la roca, en buen estado de conservación, que da acceso al búnker. Su frente está derruido en grandes fragmentos que se pueden observar esparcidos en el suelo. Sin embargo, la trasera se encuentra en buenas condiciones.

Su situación estratégica es bastante cuestionable, pues no se sitúa a mitad de una ladera, tal y como se solía hacer para que no fuesen visibles. Además, se encuentra detrás del búnker de Los Veneros, lo que la hace estar muy expuesta y carecer del elemento sorpresa.

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