Vecinos de La Elipa hartos del ruido de una planta de residuos improvisada que opera 24 horas

Gacetín Madrid

Pasar de vivir en una calle tranquila en un barrio de Madrid, a no poder dormir por las noches ni descansar en su hogar por culpa de un cambio de actividad en unas instalaciones municipales. Esta es la realidad a la que se enfrentan los vecinos del este de La Elipa (Ciudad Lineal) desde hace unas semanas, después de que el Ayuntamiento implantase a escasos 50 metros de sus ventanas un centro de tratamiento de residuos que opera 24 horas, día y noche.

Este drástico cambio de las vidas de los vecinos de la calle de Santa Genoveva y alrededores ha llevado al hartazgo de todos ellos, que exigen soluciones ante «la inacción del Ayuntamiento». Además, tal y como revelan fuentes políticas del distrito de Ciudad Lineal, está previsto la apertura de un nuevo acceso a esta parcela con el objetivo de duplicar la actividad que enturbia el descanso vecinal «sin que en ningún momento se haya respetado una distancia mínima con zonas residenciales, sin que se haya tomado ninguna medida para frenar este malestar y sin efectuar los estudios de viabilidad ambiental y acústicos correspondientes».

«Y es que la opacidad prima en esta operación», inciden. Ningún cartel informativo, ninguna consulta vecinal, ningún estudio que demuestre que la operación es viable… «Todo para tratar de evitar la crispación en los aledaños».

Pero es que el problema no afecta solo a los vecinos residentes. A 75 metros se encuentra el Colegio Público Gustavo Adolfo Bécquer, que también padece esta contaminación acústica y ambiental que se verá incrementada cuando se acerque el buen tiempo y niños y profesores abran las ventanas de sus aulas.

Las instalaciones objeto de la polémica, ubicadas en la avenida de las Trece Rosas, albergan un tránsito constante de vehículos municipales que acuden allí a vaciar la carga de peinados que realizan en los distritos de Chamberí, Tatúan, Centro, y algunas zonas de La Castellana. La actividad se desarrolla en horario de mañana, tarde y noche, generando un ruido tanto por la maquinaria en funcionamiento como por los vehículos que acceden; todo ello a cielo abierto y sin ninguna separación con los vecinos, que ven como se acumula la basura a menos de 50 metros de sus ventanas cuando hace un mes vivían tranquilos en sus casas.

El resultado es, insisten, «una contaminación acústica que afecta a su descanso y que mantiene frustrado a esa parte del barrio de La Elipa». Cabe destacar que esta parcela municipal está elevada sobre una pronunciada loma, lo que provoca que tanto el ruido, como la actividad, esté a la altura en la que todos los vecinos hacen su vida.

Por otro lado, la vecindad teme que, al acumularse allí residuos de todo tipo (incluidos orgánicos), cuando llegue el calor del verano «la planta se convierta en una fuente de malos olores que atraiga a todo tipo de mosquitos e insectos, lo que haría que sus viviendas fuesen inhabitables por culpa del descontrol ambiental municipal».

Ante esta problemática, los afectados y afectadas, que cuentan con el apoyo de la Asociación Vecinal La Nueva Elipa, han puesto quejas tanto en el Ayuntamiento, como en la junta del distrito de Ciudad Lineal como ante el Defensor del Pueblo.

Las contestaciones recibidas hasta el momento son de preocupación para los vecinos y vecinas, ya que los responsables municipales les han informado que se trata de un “centro intermedio de tratamiento de residuos”, pero «no toman medidas efectivas que les permitan recuperar la tranquilidad de su barrio».

El vecindario reclama «respeto a su descanso y a poder vivir en su hogar» por lo que solicita al Ayuntamiento que «cese de inmediato la actividad de la planta y traslade sus instalaciones a un punto que no moleste a ningún núcleo residencial».

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