El Hospital Gregorio Marañón cierra su punto de vacunación COVID tras administrar 259.000 dosis

Gacetín Madrid

El Hospital General Universitario Gregorio Marañón ha cerrado hoy su punto de vacunación a la ciudadanía de la Comunidad de Madrid. Se culmina así un dispositivo especial en el que han participado a diario unos 50 profesionales entre enfermeras, técnicos auxiliares en cuidados de enfermería, celadores, farmacéuticos y personal de seguridad. En total se han inoculado más de 259.000 vacunas Pfizer, Moderna y Janssen desde el mes de abril, momento en el que se abrió este punto de vacunación para los ciudadanos.

Ricardo Sánchez, de 30 años de edad, ha sido el último madrileño que se ha vacunado en el Hospital Gregorio Marañón, ha completado hoy su segunda dosis de Pfizer, y ha manifestado su “agradecimiento al gran trabajo y la profesionalidad de todo el personal, me han tratado estupendamente, todo ha ido muy rápido y la vacuna me ha sentado bien”.

La afluencia de ciudadanos al centro de vacunación instalado en el Aula Magna del hospital ha sido continúa durante estos meses, con picos en lo que el centro vacunó a más de 2.500 personas en un solo día. El Hospital Gregorio Marañón instaló unas carpas para proteger a los ciudadanos de la lluvia y del sol, en numerosas ocasiones repartió botellas de agua y ha tenido que atender algunos mareos y subidas de tensión.

También se habilitó un circuito especial para poder vacunar con Janssen a personas que por motivos de trabajo o estudios tenían que viajar fuera de España. Para los profesionales del hospital ha sido uno de los dispositivos que más satisfacción ha generado, ya que más allá de cuidar a los pacientes infectados, con la vacunación han podido brindar protección, tranquilidad y seguridad a los ciudadanos.

Momentos inolvidables

Por el centro de vacunación del Hospital Gregorio Marañón han pasado abuelos y nietos, personas que se emocionaban al recibir la vacuna y ciudadanos que agradecían sin parar el esfuerzo de los sanitarios.

También alguna joven a la que costó más de hora y media vacunar porque estaba muy nerviosa, pero que el personal, con paciencia y comprensión consiguió inocular la vacuna. Mareos, fotos, llamadas en directo, padres que lloraban al ver a sus hijos vacunarse, risas, suspiros y algunos aplausos.

El Hospital Gregorio Marañón quiere agradecer a todos los ciudadanos su comprensión, paciencia y colaboración con el personal para culminar este proceso que no solo es un bien particular, sino un compromiso social de todos.

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