La inteligencia artificial está en el centro del debate de muchos sectores. A pesar del impacto mediático que causó cuando apareció, ya se ha integrado en nuestro día a día de diferentes formas como los asistentes de voz, las traducciones automáticas o los reconocimientos faciales. En la industria del juego también ha entrado con fuerza, desde prácticas tan simples gráficamente como el ajedrez hasta tareas de renderización de imágenes para mejorar la experiencia de los jugadores.
La IA, como popularmente se conoce, ha impactado de lleno en el ocio en línea. Y es que el top de casinos online, que se pueden encontrar recogidos en portales especializados en comparar prestaciones como Oddschecker, cuentan con un gran flujo de información y muchas actividades que monitorizar. Por ese motivo, como ya es habitual en estas prácticas adaptadas plenamente al campo virtual, aprovechan las herramientas tecnológicas que tienen al alcance en cada uno de los momentos.
Los videojuegos: del ajedrez al árbol de decisión
El primer ejemplo que encontramos de aplicación de la inteligencia artificial es de 1996, cuando ni siquiera se conocía ese nombre. La compañía IBM creó una máquina, Deep Blue, cuyo objetivo era vencer al campeón del mundo de ajedrez, Garri Kaspárov. Y consiguió superarle con un sistema basado en el aprendizaje automático que imitaba las capacidades humanas. Luego se aplicó en otros juegos de mesa, como el oriental go, para descubrir nuevas jugadas y entrenar a los grandes maestros.
De aparición más reciente son las actuales técnicas de tratamiento de imágenes, que ponen el foco en mejorar la experiencia de los jugadores. Estos métodos utilizan la tecnología para generar un fotograma definitivo de gran calidad, pero que, a su vez, sea más ligero y no exija el máximo rendimiento del dispositivo. De esta forma, el producto final no se ve alterado y la historia diseñada se desarrolla en el aparato en cuestión sin problema alguno, con un nivel de exigencia más bajo que el creado en un inicio.
Como muchos podrían pensar al hablar de inteligencia artificial y videojuegos, este avance tiene un papel decisivo en el rol que asumen los personajes no controlados por el usuario. Ejemplo de ello es la decisión de un jugador en una simulación de partido de fútbol: ¿Qué le hace golpear el balón, lanzar un pase o hacer un regate? Esto se debe a los conocidos como árboles de decisión, una manera artificial para que la propia máquina elija qué opción escoger entre un amplio abanico y que ahora tiene la posibilidad de entrenarse.
Más seguridad y personalización en el casino online
Una de las capacidades de la IA es el análisis de datos con un ahorro notable de tiempo. De esta forma, el portal en cuestión puede recibir estadísticas sobre todo aquello vinculado a un juego: número de sesiones, tiempo de atención o momento de frustración, entre muchas otras cosas más. Así pues, se conoce mucho más a los clientes, algo que se traslada a una mayor personalización, como es en la oferta de tragamonedas, recomendando y lanzando promociones a un grupo muy concreto.
Del mismo modo, la tecnología se deja ver en tareas de atención al cliente. Algunas de las vías de contacto con el casino online, como sucede en muchas otras compañías y sectores, tienen detrás un sistema de comunicación rápido y efectivo. Ejemplo de ello son los chatbots, en ocasiones muy resolutivos; o los correos electrónicos. Ambos son capaces de analizar el problema y ofrecer una solución al usuario, sobre todo si la problemática no es demasiado compleja y solo requiere de una ayuda.
No menos importante es el rol que juegan las nuevas herramientas de inteligencia artificial en la ciberseguridad. Si bien ya hay sistemas como la biometría, que analiza e identifica individuos, en algunas plataformas se usan métodos de esta tecnología puntera para detectar y prevenir fraudes. Ejemplo de ello es la detección de movimientos poco habituales de jugadores, que podrían ser robots; o el descubrimiento de tarjetas de crédito robadas o datos personales falsos o suplantados. Todo movimiento fuera de lo normal hace saltar la alarma.
Si juegas, juega con responsabilidad.