Los pasados 26 y 27 de febrero se reunió en Matadero Madrid el comité de selección de proyectos de la convocatoria abierta de los programas Mirador Arganzuela y Mirador Usera. Estos programas, impulsados por ambas juntas municipales, son «una apuesta por la innovación en cultura de proximidad, donde el tejido social y los espacios y centros culturales de los distritos colaboran con Intermediae Matadero para desarrollar su agenda cultural», exponen sus promotores.

En 2017, las juntas de Arganzuela y Usera apostaron por un nuevo modelo de gestión para desarrollar el grueso de las actividades culturales de ambos distritos, para lo cual se elaboraron sendas encomiendas de gestión hacia la empresa pública Madrid Destino. «Hasta ahora, los distritos gestionaban instalaciones culturales pero no disponían de recursos económicos ni humanos para llevar a cabo una programación cultural coherente y con mayor impacto, sin recurrir a la contratación de empresa privadas y abierta a la colaboración ciudadana», inciden.

Esta segunda convocatoria, al igual que la primera, se buscó la interpelación a agentes culturales, colectivos o artistas que deseasen iniciar proyectos en ambos distritos, fomentando la participación del tejido vecinal y favoreciendo la creación local.

Tras la recepción de 134 proyectos en Arganzuela y 129 en Usera, un comité de selección mixto formado por personas del mundo de la cultura, como la comisaria Julia Morandeira y María Arana del colectivo Urbanbat; una representante vecinal de Usera y un representante vecinal de Arganzuela, así como trabajadores de ambas Juntas Municipales de Distrito en colaboración con el equipo de Intermediae, valoraron cada una de las propuestas teniendo en cuenta las necesidades de cada distrito y la capacidad de éstos para generar redes y vínculos afectivos de los proyectos, así como el potencial artístico y su temática. Finalmente se eligieron cinco por cada distrito.

Mirador Arganzuela

En la llamada lanzada desde el programa Mirador Arganzuela han sido seleccionados los proyectos Cyborgs de barrio, de la Asociación Ondula, una reflexión sobre el impacto de las tecnologías digitales en nuestras vidas a través de la danza; Ecosistema Arganzuela, de Carmen Haro Barba, que tratará de reconectar a las vecinas y vecinos de Arganzuela con su medio natural de pertenencia: el barrio, a través de una práctica artística basada en la ciencia ciudadana como método de análisis del cambio climático; Arganzuela 2059. Ficciones contra el Cambio Climático, de Antonio Castaño Tierno, un proyecto gira en torno al Cambio Climático que buscará generar nuevas narrativas sobre la necesidad de asumir el calentamiento global como uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la ciudadanía hoy en día; Memento: De Arganzuela a los cuerpos que la habitan a través del tatuaje, de Helena Gallego de Velasco, un proyecto artístico de mediación vecinal que propone una lectura de Arganzuela partiendo de los cuerpos que lo habitan, construyen y transforman, así como de sus memorias y cicatrices, a través del tatuaje como práctica, y por último, El Plumero, de Javier Vaquero Ollero, un proyecto que abordará el rechazo dentro y fuera del colectivo LGTBI, que ha provocado a la pluma (y otras expresiones de género disidentes), y como esto está llevando a una normativización, homofobia interna e incluso misoginia dentro de diferentes colectivos subalternos.

Mirador Usera

En el caso de Usera, han sido seleccionados Guantes para bailar Usera, de Asociación Cultural Calatea en colaboración con Guantes manchados y Bolivia sin fronteras, que genera una pieza escénica itinerante para hablar sobre el conflicto racial que sufre el barrio, temática que aparecerá también en Platos Rotos: un proyecto impulsado por DC-28 (una asociación de dinamizadoras vecinales del barrio de Moscardó) y la arquitecta Alessandra Coppari, en el que se propondrá una construcción colectiva que fomente el encuentro entre culturas y el respeto en el barrio vinculándolo al movimiento de lucha contra la xenofobia Usera Convive.

Por su parte, Corrillo, de la artista Le Parody, es una propuesta de experimentación en el arte de hacer canciones donde un grupo intergeneracional se reunirá para compartir, improvisar y generar una pieza sonora de manera intuitiva, libre de conocimientos y prejuicios.

También en esta línea se ha elegido Bitácora de Barrio, una memoria visual de San Fermín, de la productora audiovisual Paula Tredus en colaboración con el espacio juvenil del barrio de San Fermín, que desarrolla una pieza documental para reflexionar sobre la memoria del barrio a nivel intergeneracional.

Finalmente, Espacio Oculto repite con otro ciclo de producción – en la anterior edición fue Filmmakers – con La Pera Gamemakers, un proyecto que combina proyección de películas, coloquios, visita de profesionales y creación colectiva a fin de generar un grupo motor para la creación de un videojuego.

Máscaras, un proyecto de 2018

Mientras llegan otros proyectos nuevos, los de 2018 van cerrándose y haciendo sus muestras. En concreto, el pasado jueves 21, el proyecto Máscaras presentó en Cineteca la película colectiva elaborada por los chicos y chicas de la UFIL (Unidad de Formación e Integración Laboral) Virgen de África, ubicado en el barrio de Orcasur, acompañados del colectivo artístico Terrorismo de autor.

La cinta documental muestra la realidad de estos jóvenes y les ha permitido acercarse al mundo audiovisual y creativo a la vez que reflexionaban sobre su propia identidad, su barrio, su familia, sus condiciones socioeconómicas o su cultura, entre otras, según señalan los responsables del proyecto.