Los últimos alcaldes elegidos democráticamente en los tiempos en los que Vicálvaro era un municipio independiente de Madrid tienen ya su espacio en la Junta Municipal de Distrito. Una placa con sus nombres fue inaugurada ayer jueves en homenaje a su compromiso político, que pagaron con la cárcel y con la vida.

“Guardar recuerdo y rendir homenaje a quienes trabajaron por el bien común es un acto de justicia y una obligación moral”, explicó el concejal de Vicálvaro, Carlos Sánchez Mato, durante el acto de inauguración de la placa. El 12 de abril de 1931 se celebraron en España elecciones municipales. En el caso del Ayuntamiento de Vicálvaro fueron elegidos 19 concejales, de los cuales 3 ocuparon de manera sucesiva el cargo de alcaldes.

En primer lugar resultó designado como alcalde Jesús Pérez Quijano, jardinero y sindicalista. Comenzó la dotación de alumbrado y agua corriente en las viviendas de Vicálvaro, trabajó para mejorar los accesos a Madrid y luchar contra un desempleo creciente a causa del cierre de empresas.

Fue encarcelado después de la Guerra Civil y puesto en libertad años después con la condición de ser desterrado de Vicálvaro. A Quijano le sucedió como alcalde Agustín San José, responsable del plan de construcción de escuelas en Vicálvaro. Fue encarcelado.

Y después ocupó el mando del Ayuntamiento Pedro Gutierrez Peiró, que continuó la labor de sus antecesores y además construyó refugios antiaéreos en un momento en el que los bombardeos eran intensos y frecuentes. Fue conocido por defender la convivencia de la vecindad de Vicálvaro. También pagó con su libertad.

“La defensa de la causa de la libertad, la democracia y la legalidad constitucional les ocasionó la represión del gobierno franquista y fascista”, aseguró por su parte el concejal socialista Ramón Silva, “le rendimos por ello un merecido homenaje”.