Según la FRAVM, «el Plan se centra únicamente en la regulación de la VUT, a pesar de que las asociaciones vecinales hemos solicitado y seguimos demandando la elaboración de un Plan de Ordenación de la Oferta Turística en toda la ciudad, que contemple tanto las plazas en VUT como en otro tipo de establecimientos de hospedaje. La oferta global de plazas en el distrito Centro hace tiempo que ha superado con mucho su capacidad de carga».

Por ello, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, cada uno en su nivel de competencias, «deben declarar Centro como “zona saturada” y, consecuentemente, prohibir la apertura de nuevas plazas. Es más, las asociaciones vecinales consideran que habría que favorecer la reducción de la oferta».

«Las VUT no debieran existir en edificios residenciales, y mucho menos abrirse contra la voluntad de las comunidades de vecinos. Pero en el caso de existir, deberían someterse a una estricta regulación. En este marco, valoramos positivamente que se les exija un acceso independiente, aunque hay que hacer notar que se trata de un requisito que ya figura en las Normas Urbanísticas del Plan General de Madrid, y que hoy incumple la inmensa mayoría de VUT. Por esta razón, entre otras, solemos afirmar que la mayoría de estas viviendas se encuentra fuera de la legalidad», exponen.

A pesar de las Normas Urbanísticas, las VUT han proliferado, «revelando un clamoroso fallo de los mecanismos de inspección y sanción por parte no solo del Ayuntamiento sino también de la Comunidad de Madrid. Las administraciones tienen que explicar cómo van a hacer cumplir la normativa vigente a partir de ahora. Es crucial que los servicios de inspección y disciplina urbanística se doten de más recursos humanos, materiales y legales. De otra manera, las normas, sean cuales sean, están abocadas al fracaso».

Por otra parte, «la exigencia de la escalera independiente a las VUT se establece para los barrios del distrito Centro. ¿Qué normas, qué exigencias se van a imponer en los otros barrios, tanto en los incluidos en las áreas 2 y 3 como en los que ni siquiera se mencionan en el Plan? Pedimos que esta cuestión se regule, pues de otro modo se estarían sembrando las condiciones para que el problema se traslade a Usera, Villaverde, Ciudad Lineal, Hortaleza o cualquier otro distrito de Madrid. Si allí donde ya se requiere la escalera, las VUT han crecido de manera exponencial, ¿qué no ocurrirá donde las normas son más laxas o ni siquiera existen?».

La FRAVM también cuestiona el límite de 90 días como requisito para calificar las VUT. «El hecho de que solo se consideren como VUT las viviendas que se alquilan durante más de 90 días al año es una auténtica trampa. Es muy fácil burlar ese requisito, por lo que en la práctica estamos ante un coladero. Defendemos que las VUT lo son desde el primer día. Decir que eso es economía colaborativa no es más que jugar con las palabras».

Por otro lado, «no es cierto que el Plan se ha realizado contando con una amplia participación ciudadana. Las organizaciones vecinales fueron convocadas a una Mesa de Audiencia Pública y a una reunión organizada por la Junta Municipal de Centro, a la que hay que añadir otra que mantuvieron la FRAVM y las asociaciones vecinales de Centro con el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento. Eso en modo alguno puede calificarse como un proceso participativo».

«Hay otros aspectos del Plan de los que tenemos muy poco conocimiento y que evaluaremos más adelante, en el periodo que ahora se abre de información pública y presentación de alegaciones», han concluido desde la FRAVM el comunicado.