Marta Higueras y Purificación Causapié explicaron el pasado 19 de junio los detalles sobre la creación de la tarjeta de vecindad que, en una primera fase, está dirigida a migrantes que no pueden acreditar su residencia en Madrid.

Higueras aseguró que este documento busca “dignificar la situación de estas personas” y Causapié señaló que esta iniciativa pretende “mejorar sus condiciones de vida”. La delegada de Equidad, Derechos Sociales y Empleo argumentó que la tarjeta de vecindad pretende que los migrantes se empadronen en la ciudad, por lo que deberán pedir cita en las oficinas de atención al ciudadano para solicitar este trámite.

Sin embargo, al no poder avalar su residencia, podrán aportar un informe de los servicios sociales que acredite que están recibiendo asistencia al menos desde hace seis meses. También es posible que este informe provenga de las ONG’s con las que el Consistorio tenga firmados convenios de colaboración, y que se están encargando de cuidar a estas personas.

Una vez que se les inscriba en el registro, podrán solicitar la tarjeta de vecindad que les permitirá, como al resto de los ciudadanos, acceder a los servicios municipales como servicios de salud, deportivos o culturales. También tendrán derecho a acceder a becas remuneradas en cursos de formación de la Agencia Municipal de Empleo, ya que al estar empadronados pueden abrir una cuenta bancaria.

Este documento también servirá para que los jueces, en un proceso de expulsión, valoren su arraigo en la ciudad. La tarjeta de vecindad se empezará a expedir en la primera semana de julio y busca que los migrantes “se sientan reconocidos como vecinas y vecinos de Madrid”, según Higueras.

La delegada del Área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, señaló que el Ayuntamiento de Madrid busca con la tarjeta de vecindad “conocer a las vecinas y vecinos que no están empadronados para que se acerquen a los servicios sociales y regularizar las estadísticas” del padrón.

Higueras reveló que se ha constatado que en padrón municipal aparecen menores solos. Asimismo, la delegada afirmó que este documento “no suple ni sustituye al Ministerio del Interior” y reconoció que el Consistorio desconoce el número de personas que pueden solicitarlo porque no se sabe “el número de migrantes sin residencia reconocida que viven en la ciudad”.

Por su parte, Causapié ahondó en esta tesis al asegurar que la tarjeta de vecindad “no pretende dar servicios ni reconocer situaciones que debe reconocer el Ministerio del Interior”, y subrayó que este documento “no quiere generar falsas expectativas” ya que busca que los migrantes “se sientan acogidos” al ofrecérseles los servicios municipales. Causapié también se mostró confiada en que esta tarjeta de vecindad sea “solicitada por muchas personas”, ya que servirá para regularizar su situación.

Además, la portavoz del Grupo Municipal Socialista reconoció que se han iniciado gestiones con la Comunidad de Madrid para que esta tarjeta permita el acceso al abono transporte. “En un momento en el que el Gobierno de España ha lanzado un mensaje de compromiso y solidaridad” con los refugiados, tras autorizar la entrada de los migrantes del Aquarius, “otras administraciones se tienen que ir comprometiendo” con estas personas, agregó.

El Ayuntamiento de Madrid solicitará al Ministerio del Interior la regularización extraordinaria, permiso de trabajo y residencia, para los migrantes que cursen satisfactoriamente los cursos becados de la Agencia Municipal de Empleo en los que sean inscritos.