El Ayuntamiento de Madrid ha sido hoy reconocido por la Casa Gitana por su compromiso social y filantrópico. El galardón, que ha recogido el coordinador general de Alcaldía, Luis Cueto, lo concede esta ONG a personas y entidades destacadas  por su labor en favor del colectivo gitano.

“Pocas veces administraciones y empresas tan importantes se unen en torno a una convocatoria gitana”, aseguró Pilar Heredia, directora de la Casa Gitana, con una trayectoria de más de 25 años trabajando para conseguir el reconocimiento de los derechos del pueblo gitano, así como del resto de las minorías de nuestro país. “Lo que empezó siendo una ilusión, la Casa Gitana, hoy es un espacio que está dando trabajo, formación y oportunidades”, prosiguió Heredia

Cueto agradeció este reconocimiento reivindicando el carácter integrador de la capital. “Madrid –dijo- es la suma de gente que hace cosas. Desde las Administraciones lo que tenemos que hacer es favorecer, juntar todo ese  potencial para enriquecer el tejido de nuestra sociedad”.

Un espacio para una comunidad intercultural

La Casa Gitana es un lugar de encuentro educativo, de ocio y de sensibilización cultural que se sirve del arte y de las manifestaciones creativas  como herramientas de dinamización. Impulsada y favorecida desde el Ayuntamiento de Madrid con la participación de diferentes agentes sociales y entidades, su vocación es ir más allá de la población de etnia gitana, para llegar a toda la ciudadanía sin distinción de cultura, sexo y sexualidad, etnia, religión, ideas, características y diversidad funcional. Un papel fundamental ha jugado en su constitución la Asociación Intercultural Yerba Buena Satafi.

Sus objetivos son, entre otros, favorecer el acercamiento y conocimiento entre las diferentes culturas y etnias  y facilitar, así, la convivencia intercultural a través del arte, la cultura, el deporte, el ocio y el tiempo libre; ofrecer espacios de reflexión y debate sobre la convivencia cultural; informar y sensibilizar a la población en general sobre aspectos históricos, culturales y sociales de los diferentes grupos étnicos, potenciar el empleo  de jóvenes en riesgo de vulnerabilidad social y, en definitiva, contribuir a mejorar la calidad de vida de los  más vulnerables: población gitana,  migrante y otros colectivos desfavorecidos.

Con el flamenco como un protagonista más del acto, Heredia reivindicó el “arte como motor de la integración” y como un elemento para mejorar la imagen en el extranjero  y de atracción cultural y turística. Algo en lo que Cueto incidió, destacando la capacidad de este género de evolucionar y fusionarse con otros ritmos, “para no encajonarse en la etiqueta de música étnica”.

El coordinador insistió en el compromiso municipal con esta etnia –desde cultural hasta social- y concluyó afirmando que “Madrid debe vestirse más de lunares”.