A lo largo de la jornada de hoy se realizará un balance de la conferencia “Seguridad, democracia y ciudades: coproducción de seguridad urbana”, que tuvo lugar en Barcelona en noviembre pasado, y se realizará una presentación de las actividades y proyectos planificados para los próximos años.

La reunión concluirá con la elección del Comité Ejecutivo. En la asamblea de hoy se encuentran representante de las ciudades europeas que forma parte del Foro Europeo para la Seguridad Urbana como Burdeos, Bruselas, La Haya, París, Milán, Lisboa, Lyon, Rotterdam, Viena, Malmo, Oporto, Florencia, Génova, Múnich o Marsella, entre otras.

También están presenten diversas ciudades españolas con presencia en el Fórum Español para la Prevención y la Seguridad Urbana, al que pertenece Madrid desde 2016, como Barcelona, Málaga, Zaragoza, Las Palmas de Gran Canaria o l’Hospitalet de Llobregat.

Trabajo coordinado y preventivo

Asumiendo la presidencia del foro español, el Ayuntamiento de Madrid «reafirma su compromiso con el Foro Europeo para la Seguridad Urbana en su objetivo de que las administraciones locales trabajen de manera coordinada y ocupen un papel primordial en políticas públicas de seguridad. De este modo se trata de redoblar los esfuerzos para el fomento y la defensa de estrategias preventivas, así como para la promoción de estudios sobre problemas y cuestiones vinculados a estas temáticas», han explicado fuentes municipales.

Para el Consistorio madrileño, «en el foro estatal se apuesta sin ningún género de dudas por unas políticas públicas de seguridad basadas en la protección a las personas a través de una apropiación ciudadana de la ciudad y de los espacios públicos; en la política de inclusión social orientada a la promoción de la ciudadanía y la cohesión social y territorial del municipio;  y en el fortalecimiento de los valores y actitudes cívicas de respeto, tolerancia, solidaridad y colaboración que permitan una mayor interacción entre todos y todas, y eviten la segregación sociocultural, el etiquetaje y la exclusión social».

En definitiva el Foro Español para la Prevención y Seguridad Urbana (FEPSU) apuesta «por una ciudad segura y socialmente inclusiva como construcción colectiva, que debe ser liderada por el gobierno local como representante de su ciudadanía».

Cuatro ejes básicos

Cabe destacar que el Ayuntamiento de Madrid votó en el pleno del pasado mes de enero su adhesión al manifiesto “Seguridad, democracia y ciudades: coproducción de políticas de seguridad urbana”, que se aprobó por parte del Foro Europeo para la Seguridad Urbana en la conferencia de Barcelona celebrada en noviembre del pasado año.

Dicho manifiesto trata cuatro puntos básicos:

  1. La coproducción de las políticas públicas de seguridad. Se trata de implicar a la ciudadanía en todas las etapas de la construcción de las políticas públicas de seguridad, desde el momento de la concepción, implementación y evaluación, evitando limitar su participación únicamente a la función de vigilancia.
  2. Potenciar la autonomía de las autoridades regionales y locales. Estas entidades cuentan con la confianza de las ciudadanas y ciudadanos, y son cada vez más reconocidas por los agentes políticos internacionales, por estar en primera línea de la gestión de la seguridad y las crisis, habiendo demostrado además su capacidad para ello.
  3. Contemplar la seguridad como factor clave de la sostenibilidad. La seguridad debe considerarse no solo como un derecho humano fundamental sino también como condición indispensable para el desarrollo sostenible. En 2016 la Organización de Naciones Unidas adoptó 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que incluyeron, por primera vez, una mención explícita a diferentes aspectos de la seguridad urbana.
  4. Trabajar por las ciudades resilientes, los atentados terroristas perpetrados en y contra las ciudades europeas en la última década han demostrado hasta qué punto son resilientes los ciudadanos y las ciudades. La respuesta de los ciudadanos ha sido seguir viviendo y disfrutando de sus ciudades y de las características urbanas que los extremistas violentos quieren destruir, como la diversidad cultural y la libertad de pensamiento.