“En este entorno estuvo en 1889 la sede de la organización masónica Gran Oriente Español, exiliada en México durante la dictadura franquista e integrada en la Gran Logia de España”. Así reza la placa conmemorativa que el Ayuntamiento de la ciudad de Madrid ha dedicado a la logia Gran Oriente Español en la sede que ocupó en Pretil de los Consejos, 5.

La primer teniente de alcalde, Marta Higueras; el tercer teniente de alcalde, Mauricio Valiente;  el concejal presidente del distrito Centro, Jorge García Castaño, y el gran maestro de la Gran Logia de España, Óscar de Alfonso, han participado hoy en el descubrimiento en el Madrid de los Austrias de esta distinción.

Se trata del primer reconocimiento que realiza el Ayuntamiento de la capital a la masonería que, de acuerdo a la definición de la Real Academia Española, es una “asociación universalmente extendida, originariamente secreta, cuyos miembros forman una hermandad iniciática y jerarquizada, organizada en logias, de ideología racionalista y carácter filantrópico”.

La Gran Logia llevaba cerca de diez años solicitando la colocación de una placa, y Madrid ha querido reconocer el legado histórico del Grande Oriente y sus valores democráticos y de búsqueda del perfeccionamiento del ser humano.

La institución masónica el Grande Oriente Español fue fundada en 1889 y llegó a contar con cerca de 500 logias, la mitad de las cuales estaban en Estados Unidos, Filipinas, Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, Marruecos, Argentina o Turquía. Según ha explicado el gran maestro –impulsor de la petición de la placa al Ayuntamiento para que la historia del Grande Oriente no se olvidara–, todas estas logias tenían su centro en el número cinco de Pretil de los Consejos.

Desconocidas son las razones que llevaron a los masones a reunirse aquí, como también lo es la fecha. Pero ya lo hacían incluso antes de la fundación del Grande Oriente Español en 1889: Benito Pérez Galdós hace referencia en uno de los Episodios Nacionales, “La Primera República”, novela que transcurre en 1873, a los hermanos masones por boca de su protagonista: “Al llegar a la iglesia del Sacramento vi que de la calle Mayor descendían sigilosos, como negros fantasmas, algunos embozados, y se precipitaban en la obscuridad del Pretil de los Consejos. «Estos son masones -me dije- que van a la Tenida de esta noche».”

Exiliado durante 40 años en México, el Grande Oriente Español tuvo que esperar hasta 1979 para inscribirse en el registro de asociaciones, integrándose en la Gran Logia de España años más tarde.

La placa dedicada al Grande Oriente en Pretil de los Consejos forma parte del Plan de Placas Memoria de Madrid (Área de Cultura y Deportes), creada en 1990 para mostrar en las fachadas de los edificios de la ciudad la relación de los hechos acaecidos con valor histórico, de las personas relevantes que vivieron en esas casas, así como destacar la importancia de los inmuebles más singulares.