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Manifiesto Fraternal-Unionista

Gacetín Madrid

por Pedro Molina Alcántara.

Comienzo a escribir este manifiesto desde mi más profunda convicción de que no solamente tengo derecho a hacerlo sino también el deber cívico, moral. Considero que hay que frenar esta suerte de esquizofrenia colectiva que vive nuestro país porque esto se está volviendo insostenible: paro, pobreza, desigualdad, corrupción, la amenaza terrorista yihaidista y, para más inri, un desafío soberanista a nuestro ya de por sí malogrado Estado social y democrático de Derecho que ha alcanzado su punto álgido con la convocatoria de un referéndum antiestatutario e inconstitucional que tampoco está amparado por el Derecho Internacional ¡Basta ya!.

No elegí ser español, nací aquí. No me parece que España sea ni el mejor ni el peor país del mundo y, aunque lo fuera, nacer en España no es mérito mío sino que es un hecho circunstancial. Sin embargo, son mis valores éticos, mis convicciones más profundas las que me llevan a desear lo mejor para mi país; y son esos mismos valores y convicciones los que hacen que yo me autoimponga la obligación de poner mi granito de arena para que España sea un país más decente ¿Y qué es un país decente para mí? Aquel que garantiza la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho dentro de sus fronteras y los promueve en su acción exterior. También lo es el que se provee de unas instituciones transparentes y ejemplares que abran el país al mundo abrazando el ideal cosmopolita y fomenten un desarrollo socioeconómico sólido, justo socialmente y sostenible medioambientalmente.

Esto es lo que yo entiendo como patriotismo sano, algo muy distinto del nacionalismo, que me parece una ideología muy propensa a desviaciones perversas. Me da igual el Cid Campeador, Don Pelayo y el haber sido un imperio en el que no se ponía el Sol. Lo que a mí me importa son los cuarenta y siete millones de españolas y españoles y unos cuantos millones más que son inmigrantes los cuales, como diría Antonio Machado, laboran, pasan y sueñan. El nacionalismo, ya sea centralista o periférico, se ocupa en buscar las diferencias entre unos seres humanos, los nacionales, y otros, que son el resto. La mayoría de esas diferencias, sino todas, son inventadas o exacerbadas hasta el paroxismo. Y claro, la Nación que hay que proteger según el nacionalismo de turno está formada por gente que es mejor que quienes no son de aquí; porque, claro, uno se separa de lo que le estorba, de quienes degradan al pueblo elegido por poseer una genética, unas costumbres y/o una moral inferiores, relajadas, hablando eufemísticamente. Como esto suena muy feo, el nacionalismo más moderno suele inventarse una serie de supuestos agravios que justifican la secesión los cuales suelen ser tan ficticios o exagerados como los hechos diferenciales y el genio nacional. En el caso catalán, el famoso eslogan injusto y xenófobo Espanya ens roba.

Quiero terminar invitando a la reflexión: una parte de la población no puede disponer de una parte del territorio español porque nos pertenece a toda España. Como me gusta a mí decir: TODA ESPAÑA ES DE TODO EL PUEBLO ESPAÑOL, QUE OSTENTA LEGÍTIMA Y LEGALMENTE LA TITULARIDAD DE LA SOBERANÍA NACIONAL, de acuerdo con la Constitución y los tratados de Derecho Internacional ratificados por el Estado español. La Comunidad Internacional -la ONU, la UE…-, reconoce a España como Estado soberano. El país no se puede trocear sin consentimiento del conjunto del pueblo español, eso supondría un ejercicio de sufragio censitario que nos haría recordar el siglo XIX. Lo democrático es el sufragio universal.

Y punto.

Yo invito a todas esas personas de buena fe que han desconectado con España porque consideran que no tiene arreglo como país, aquellas personas que han llegado a la conclusión de que con una República Catalana Independiente podrían comenzar una empresa colectiva que tendría más posibilidades de llegar a buen puerto; yo les digo que España tiene arreglo porque la mayoría social de este país son personas decentes, que independientemente de su ideología son demócratas que quieren un país más justo y próspero. Vamos a dejar de lado referéndums que fracturan la convivencia, que crispan; y VAMOS A UNIRNOS FRATERNALMENTE PARA APROBAR EN REFERÉNDUM UNA REFORMA CONSTITUCIONAL QUE REFUERCE EL CATÁLOGO DE DERECHOS FUNDAMENTALES Y LOS BLINDE, UNA REFORMA CONSTITUCIONAL TAMBIÉN PARA ACABAR CON LOS AFORAMIENTOS Y LOS INDULTOS POLÍTICOS, CERRAR LAS PUERTAS GIRATORIAS, LIMITAR LOS MANDATOS GUBERNAMENTALES Y DESBLOQUEAR LAS LISTAS ELECTORALES ¡AH, Y POR SUPUESTO, QUE TAMBIÉN NOS PRONUNCIEMOS SOBRE LA FORMA DEL ESTADO!

Siempre me he declarado DEMÓCRATA, SOCIALISTA Y REPUBLICANO. Ahora me declaro también UNIONISTA Y COSMOPOLITA. Y a mucha honra.

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