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Elecciones en la patria

Gacetín Madrid

por Aida dos Santos

El otro día a propósito de las elecciones a la Asamblea de la República portuguesa un amigo me mencionó en Facebook pidiéndome un análisis.

Mi modestia no nace del interés por mi opinión de una persona que es once veces mejor politólogo, escritor y analista que yo.

Me apellido Barreto dos Santos, en mi familia somos más portugueses que españoles, pero eso no me hace mejor analista para asuntos lusos que a cualquier politólogo salido de somosaguas.
Yo, ni siquiera falo portugués.

De Portugal sabemos que no existe el fenómeno Podemos, debido a la disciplina y convicción de los militantes de izquerdas que cooptan o anulan cualquier adversario, que envidia!

Además de contar con un Partido Comunista que sigue siendo comunista y es el mayor influyente político y disciplinario en el sindicalismo.

Y la derecha se coaliga para evitar tanto las marcas blancas como las amenazas extremistas.

Tenemos a los del Partido Socialista, Sócrates le plantó cara a la Troika adelantando las elecciones. No quiso comprometer la siglas con las políticas de austeridad, pero no le importó ser un presunto corrupto, lo que ha contribuido a la pérdida de confianza de los votantes, se han quedado en 85 escaños.

El Bloco de Esquerra se fundó hace 16 años, quizá sea el más parecido a la formación de Pablo Iglesias, han logrado 19 representantes.
Tienen un discurso marxista con carácter feminista y canalizan parte del euroescepticismo.

La Coaliçao Democrática Unitaria integra al Partido Comunista, aunque tiene más poder municipal que cuota nacional han logrado tener 17 miembros en la Asamblea de la Republica.

La sorpresa la han dado los animalistas, Pessoas-Animais-Naturaleza, quinta fuerza con su jefe sentado en un escaño nacional.

La primera política, el Partido Socialdemócrata. En solitario en las islas tiene 5 diputados que se suman a los 99 de la coalición con los centristas. Portugal al Frente se queda así en 106 diputados y sin margen para alcanzar los 116 de la mayoría absoluta.

<strong>De Portugal aprendimos que la socialdemocracia está a la derecha.</strong>

También sabemos que los portugueses somos más papistas que el Papa, desde que entramos en la Unión Europea apostamos por la consolidación política de la Comunidad, queremos estar en la primera velocidad y demandamos más Europa.

En el Eurobarómetro número 74 publicado la Unión Europea aparece como mejor institución para regular y reformar el mercado financiero global, así como la coordinación como mejor forma de proteger a la ciudadanía, opinaron el 56%.

Un 70% considera positiva su adhesión, ¡y no es para menos tras el empujón en desarrollo que supusieron los fondos!

Esto hace que tan solo el Partido Comunista pide la retirada de la política monetaria.

En las elecciones que nos ocupan la abstención sigue instalada, es crónica, ha subido del 16% a más del 40% durante la Democracia.
Los nuevos partidos no canalizan el descontento de la población con los partidos tradicionales.

Por ello, la volatilidad del voto se disputa entre los partidos ya existentes.

Tenemos un norte conservador y un sur progresista, a solo siete puntos.

El sistema mayoritario de dos vueltas del Presidente de la República ha instaurado en la mentalidad colectiva que gana el más votado, y que si la izquierda no ha logrado una coalición preelectoral, no se respeta la voluntad del votante, y eso está feo.

Este no es un artículo que analice los resultados de mi patria, sino mi falta de ella.

Me he mudado mucho, mucho, mucho, en las fotos navideñas de mi infancia se aprecia el mismo árbol en distintos salones, se pueden coleccionar como los cromos sin miedo a tenerlas repes.

Nunca he sabido qué escribir cuando en el <Workbook nos preguntaban Where are you from?
Nunca me he sentido de ningún sitio salvo de Madriz.

Pero cuando volví a Madrid a los 18, a la Complutensr, tras 10 años conociendo la Marina Alta y la Baja, veraneando en CampoCámara y habiendo pisado una vez mi ciudad natal, pues una no sabe una muy bien quien es.

No es fácil ser lady catalonia en el trabajo y explicar que aprendí catalán en el colegio público del Poble Nou de Benitatxell.

Molesta no saber hablar portugués y que te miren como si fueras un americano sin pistola, a mi me tocó criarme en Madrid (por suerte la mejor ciudad del mundo) con un abuelo portugués y una abuela valenciana que apenas se entendían, y hablé portugués hasta que murió cuando yo tenía 10 años, y bastante rarita era ya la niña como para hablar sola.

Simplemente no sé de Portugal porque no he tenido oportunidad de conocerla, como tampoco a Bielorrusia.

Portugal es una patria desconocida, a la que protegeré y querré como se hacía en las novelas del amor cortés.

Defenderé que no somos una provincia, que ganamos una guerra, que echamos al fascismo con claveles y no entre flores, que nuestras playas son mejores, que el café de verdad se toma solo, nuestras mujeres son más guapas, nuestros hombres más apuestos y que, por supuesto, tenemos los apellidos en el orden correcto.

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